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miércoles, 23 de noviembre de 2011

depredador. cocalero. pendenciero. desacertado. autoritario...son algunos de los adjetivos que usa José Gramunt para calidicar a SEEM cada día más controversial

Estamos viendo cómo la popularidad de Evo Morales se está desmoronando. A fuerza de errores, de idas y venidas, de improvisaciones y de contradicciones, la gente que le era fiel ya no lo es. Pongo por caso los indígenas originarios del parque Isiboro-Sécure.  Al respecto, acabo de releer, aún cuando con retraso, la transcripción completa del diálogo entre los indígenas originarios marchistas del TIPNIS, y los ministros que trataron de negociar con ellos el pasado mes de setiembre.

Improvisador, como siempre, Don Evo ordenó primero la construcción de la discutida carretera. Recordemos que, durante la marcha de los indígenas, huyó de Palacio para no tener que recibirlos. Pero la presión de los marchistas cálidamente aplaudidos por gran parte de la ciudadanía, obligó a Don Evo a retirar su orden de construcción. Tan tibia fue esta decisión que, el pasado 18 de este mes, fiesta departamental del Beni, en un arranque de mal humor, reafirmó que la carretera se construiría por el TIPNIS. 
 
Allí se puede comprobar la gran dificultad, si no la imposibilidad, de un acuerdo entre las partes. No hablan el mismo lenguaje conceptual. Los indígenas originarios se sienten engañados por Evo Morales, quien ha dejado de ser, para ellos, el defensor de la madre tierra. Los colonizadores que, en un arranque de pedantería, se hacen llamar   multiculturales”  apoyan a Don Evo con más fuerza esperando la prebenda de más tierras  arrancadas de la selva amazónica. Así tenemos a los campesinos indígenas divididos. Por cierto que, a los nuevos ocupantes del parque ecológico, los originarios les aplican al sobrenombre de invasores y “vendetierras”.
 
Está pues a la vista que el conflicto no ha terminado, más bien se está complicando. En efecto, por una parte, el gobernador de Cochabamba, Edmundo Novillo, está organizando una contramarcha (a destiempo) para imponer la construcción del controvertido camino que parte en dos el parque ecológico. Y por otro lado, la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) anuncia que presentará una denuncia contra el  gobernador por incitar a la violencia. A mayor abundamiento, los habitantes del TIPNIS ya hablan de “defender con sus arcos y flechas su territorio así como sus identidades culturales”.

Este lenguaje, tanto de una como de la otra parte,  no es tranquilizador y hace temer  que la opción ordenada por el propio presidente Morales – que tampoco es dialogante sino imperativa – sea una desafortunada oportunidad de confrontación. 

De esta manera se van sumando los desaciertos que le hacen perder credibilidad y confianza a Don Evo. Con sólo advertir que son muchos quienes le llaman el “presidente cocalero”, es más que suficiente para opinar que el segundo mandato de Don Evo, dista mucho de ser tan exitoso como fue su llegada al poder en el año 2006.
 
Todo se ha puesto cabeza abajo: el Evo Morales defensor de la madre tierra, ahora es el principal responsable de la depredación. El Evo líder de los campesinos originarios, se queda en dirigente de los grupos cocaleros y altiplánicos. A punto de confrontación: los indígenas originarios, resultan desamparados si no castigados, como lo demostró la represión policial del 25 de septiembre; frente a los colonos invasores que son respaldados por el propio jefe del Estado Plurinacional. Malas condiciones para una concertación pacífica deseable.
     

miércoles, 16 de noviembre de 2011

la industria del gas la destrozó Evo Morales desde el 2003 que echó por los suelos el gran proyecto de hacer de Bolivia el centro de producción del gas del continente, al tomar el poder desalentaron las inversiones y ha quedado sin más pozos, sin más investigación. expertos en marchas y bloqueos sin saber nada del gas, están sin mercados y pronto sin producto. El Día, SC



Cuánto tardará el país en recuperarse de las graves lesiones que le está causando el proceso de cambio? Hablemos solo del gas, cuyo desastre empezó en el año 2003, justo cuando los dirigentes sindicales que luego se convertirían en gobernantes, tumbaron el negocio que debía catapultar a la industria gasífera nacional hacia el sitial que le tenía reservada la historia; es decir, como eje de distribución energética del Cono Sur.

Aquellos cabecillas que, tal como lo acaba de confesar el presidente Morales, apenas saben de marchas y bloqueos, no tenían la menor idea del proceso en el que se encontraba el gas desde hacía 50 años, tiempo que le tomó madurar al proyecto de exportación a Brasil. Encontrar nuevos mercados y reservas era el paso siguiente, el mismo que estaba a punto de darse cuando la montonera irrumpió a título de cantos de sirena que siguen hoy trinando en el aturdido caminar de esta falsa revolución.

Bolivia lo perdió casi todo, porque los aventureros que se llenaban la boca con palabrotas como “soberanía”, “industrialización” y “recuperación de los recursos naturales”, se dejaron embaucar por quienes buscan que el país sea un eterno relegado de la historia y que hoy precisamente siguen instando a que los gobernantes se enfrenten al pueblo por una carretera de fines oscuros y peores antecedentes.

La industria gasífera boliviana era la vedette de América del Sur y para Bolivia era la gran promesa, no solo por el incremento de los recursos públicos, que de hecho, ya se habían consolidado en la Ley de Hidrocarburos, sino porque faltaba muy poco darle un alcance continental, frente a mercados que comenzaban a expandirse. Luego de seis años de aventuras, corruptelas y la magistral demostración de ineficiencia perpetradas por el Estado Plurinacional, el gas boliviano está en quinto lugar en la fila de proveedores del continente, muy detrás de Perú, de Trinidad y Tobago con su LNG que está inundando Argentina y Chile y con posibilidades de retroceder aún más, luego de recientes noticias acaecidas en el mundo energético que planifica y toma sus previsiones. Resulta que Repsol, la empresa que ha estado aguantando las vicisitudes que implica operar en “la Bolivia del cambio”, porque no le queda otra salida, ante la necesidad de abastecer el mercado argentino, ha hecho el descubrimiento de las reservas de gas más importantes de su historia.

Este descubrimiento, al igual que los realizados por Brasil en los últimos años, no llegan por casualidad. Ambos países, que se constituyen en los dos únicos clientes del gas boliviano, se propusieron con mucho ahínco conseguir la soberanía en materia energética, ante la incertidumbre que comenzó a generarse en Bolivia después del proceso de nacionalización. Los dos recorrieron el camino correcto. Perú hizo lo propio y ahora los tres están en inmejorables condiciones de sustituir el fluido que sale de nuestro territorio.

En este momento, Bolivia apenas puede cumplir con la demanda interna y sus dos mercados de exportación. La ausencia de inversiones por la falta de un clima favorable a los capitales, han dejado al país en apreturas que no tardarán mucho tiempo en colapsar. La industria aún tiene tiempo de ser tomada en serio por los clientes que ahora la miran con desconfianza. De no producirse un verdadero golpe de timón en los próximos años, el gas boliviano pasará a ser marginal, un dato anecdótico en la historia de los grandes fracasos.

Repsol, la empresa que ha estado aguantando las vicisitudes que implica operar en 'la Bolivia del cambio', porque no le queda otra salida, ante la necesidad de abastecer el mercado argentino, ha hecho el descubrimiento de las reservas de gas más importantes de su historia.

martes, 15 de noviembre de 2011

Mario Rueda Peña con esa visión privilegiada de la realidad que le es propia escribe que lo de aprender idiomas nativos será un intento sin éxito porque si bien impartirán principios gramaticales en la práctica nadie secundará a los estudiantes de modo que es una tarea imposible

Claro, los alumnos de los diferentes niveles escolares terminarán balbuceando, en forma diferenciada, algún idioma nativo, pero fuera de las aulas escolares les resultará difícil encontrar a alguien con quien hablar en quechua, aymara, guaraní o cualquiera de las 36 lenguas indígenas
Son múltiples los factores que determinan la mayor o menor funcionalidad de un idioma. En los tiempos actuales, las lenguas de mayor vigencia a escala universal son las de países con gran estatura demográfica, sensible liderato en la aplicación de la tecnología de punta a la información, el conocimiento y creciente influencia en el mercado internacional.
En el pasado, como ocurría en los tiempos del Imperio Romano, la expansión lingüística era resultado de la conquista territorial. Por esta vía, el latín se impuso a las lenguas nativas de España, por solo citar este caso, pero a costa de convertirse en una suerte de “cholo” o mestizo lingüístico, quien bautizado como “romance”, fue el progenitor de ese español que ahora compite con el inglés y el chino a escala mundial.
En la época actual, en la economía, la tecnología y el mercado internacional radican las claves de la supremacía lingüística.
Tanto el español, como el inglés y el chino deben su actual y su mayor funcionalidad a la circunstancia específica de que son lenguas que hablan miles de millones de personas, en América, Europa y Asia, corriendo a su favor necesidades comunicacionales que privilegian su empleo en el comercio mundial.
En Bolivia, economía y mercado afirmaron igualmente al español como la lengua de mayor uso en el país. La migración campo-ciudad, proceso al que siguió el surgimiento de la economía informal o ferial urbanas, contribuyó poderosamente a este fortalecimiento. Miles de miles de aymaras o quechuas parlantes, huyendo de la extrema pobreza se asentaron en zonas periurbanas de las principales ciudades del país, dedicándose a la actividad ferial o artesanal, principalmente. Terminaron hablando español, que era la exigencia idiomática en el mercado ferial y laboral. El idioma de Cervantes llega igualmente a las comunidades de origen, donde sus habitantes son ya bilingües, como lo puede comprobar cualquiera que las visite.
El actual Gobierno parece decidido a preservar las lenguas nativas contra un español de creciente funcionalidad. Apuesta para ello al aprendizaje obligatorio de idiomas nativos en el sistema escolar del país. Se sabe que para ello fueron ya capacitados nada menos que 30 mil docentes.
Claro, los alumnos de los diferentes niveles escolares terminarán balbuceando, en forma diferenciada, algún idioma nativo, pero fuera de las aulas escolares les resultará difícil encontrar a alguien con quien hablar en quechua, aymara, guaraní o cualquiera de las 36 lenguas indígenas que la nueva Carta Magna incorpora al bagaje lingüístico del “Estado Plurinacional”.
Tarea imposible, ésa de preservar a los idiomas nativos contra el avance del español.
 
El autor es periodista

martes, 8 de noviembre de 2011

no podemos resistir al deseo de publicar este texto enviado por León Galindo con un sentido relato de lo que pasó al ingresar los marchistas del TIPNIS y ser recibidos por casi un millón de generosos paceños

La Paz, 19 Oct. (ANF) - El Presidente Evo Morales calificó el pasado domingo de día “histórico”. Este miércoles también quedará en la memoria. Sin embargo, es muy probable que el mandatorio prefiera olvidar ambos días. Hoy los paceños y muchos otros bolivianos que llegaron desde otras ciudades dieron una muestra contundente de apoyo a los marchistas del TIPNIS y un rechazo no menos rotundo al gobierno.
Cientos de miles de personas rebosaron las calles de La Paz. Sus estribillos ingeniosos alzaron a los marchistas al nivel de “héroes” nacionales y condenaron al mandatorio como “traidor” de la patria.
Cumplieron el deseo de Adolfo Chávez, el presidente del CIDOB, de que se formara una “escolta humana” y no un resguardo policial. Casi no se vio ni un solo policía por todo el recorrido. En cambio, mujeres, varones, niños, adolescentes y personas de la tercera edad, sin importarles si se conocían o no, caminaron agarrados de la mano para crear una cadena de protección a los marchistas desde Chuquiaguillo hasta la Plaza Murillo.
Hoy no había calles y aceras. Todo el escenario se convirtió en una masiva onda de gente y color. Además de banderas y pancartas, los paceños salieron a las calles cargados de ofrendas.  Había tanto entusiasmo para ayudar a los caminantes que a veces se agolparon sólo para entregarles un pan o un refresquito. En muchas ocasiones, el afán de los admiradores dejó asombrados a los marchistas. Después de la represión policial el pasado 25 de septiembre, han sido acogidos y bienvenidos por todos los pueblos que han transitado. Pero hoy se vieron convertidos en auténticos famosos de alfombra roja.
De pronto aparecía un brazo abriéndose camino entre la gente para estrecharle la mano a uno de los caminantes. Los afortunados alcanzaron a sacarse una foto a lado de unos de ellos y se notó la alegría en su rostro así como la envidia en los de sus compañeros que no se atrevieron con la multitud y se quedaron expectantes.
En algunos momentos, todos se volvieron espectadores, cuando se escuchó la sirena de una ambulancia. Los últimos días han sido duros para los marchistas y este tramo final también tuvo sus puntos difíciles. La altura, el efecto de varias noches desveladas en bajas temperaturas y lluvia y quizás la emoción del día, provocaron más dolencias, incluso la de Adolfo Chávez. Pero aparecían médicos voluntarios, que subían y bajaban por el camino, para recetarles con varios medicamentos.
Sin embargo, para algunos las ambulancias se convirtieron en carruajes casi reales. Varias mujeres embarazadas o con niños pequeños fueron llevados a la Plaza Murillo y con grandes sonrisas saludaron a la gente admiradora que tiraba caramelos por las ventanas abiertas.
El día se caracterizó por la elevada emoción. Al ver la llegada de los marchistas muchos paceños no pudieron dejar de llorar, se enorgullecieron de los marchistas que han sobrepasado muchas penurias. Entre todos los marchistas se hablaba de las cicatrices psicológicas que les causó la intervención policial y algunos todavía mostraron frescas las heridas físicas de aquel día. Aunque la gente les soltó un sínfin de elogios como “valientes” y “¡Qué coraje!”, los marchistas no se distrajeron. Nunca perdieron de vista su meta, ni sus 16 demandas.
Sólo cuando llegaron a la Plaza Francisco abrieron las puertas a sus sentimientos y a todos los altibajos de los pasados 65 días. Dejaron caer las banderas y cargas que llevaron los 500 kilómetros desde Trinidad y sentados en las gradas al lado de la iglesia escucharon al acto religioso ofrecido por los obispos de La Paz. Fue el primer momento de silencio en todo el día. Y en este momento las lágrimas empezaron a caer de los ojos de los indígenas marchistas. Fue un momento para reflexionar sobre el largo tramo recorrido, para recordar las penurias sufridas por el camino y no olvidar los varios hitos que aún les queda por adelante.
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