Más allá del tradicional objetivo de promover la democracia en el mundo, la secretaria de Estados ha incorporado una nueva prioridad a la política exterior americana: la defensa de libertades básicas y derechos fundamentales a través de internet. En un anticipado discurso pronunciado esta mañana en el museo dedicado al periodismo en Washington, Hillary Clinton ha anunciado el compromiso de Estados Unidos para defender en el espacio cibernético principios esenciales como las libertades de expresión, culto y reunión.
De acuerdo a los argumentos y múltiples ejemplos internacionales formulados por la secretaria de Estado: «La libertad ya no se define únicamente en función de que los ciudadanos puedan ir a la plaza pública y criticar a sus gobiernos sin miedo a sufrir retribuciones. Los blogs, el correo electrónico y los mensajes de texto han abierto nuevos foros para intercambiar ideas, y también han creado nuevos objetivos para la censura».
Hillary Clinton se ha referido a los sofisticados ejercicios de piratería informática con base en China y que afectan a toda clase de instituciones y empresas de Estados Unidos, incluido el gigante Google. Según la responsable diplomática, todas esas maliciosas y masivas ofensivas cibernéticas representan una amenaza intolerable que no puede seguir repitiéndose con impunidad: «Los países o individuos dedicados a lanzar ciberataques deben enfrentarse a las consecuencias y la condena internacional».
Respeto a las redes comunes globalesDentro de la nueva política planteada por la ex primera dama, los ciberataques constituyen una amenaza al gobierno de Estados Unidos, a su economía y a la sociedad civil. Con el agravante de que «en un mundo interconectado, un ataque contras las redes de una nación puede ser un ataque contra todos». Según la secretaria de Estado, la Administración Obama aspira a «crear normas de comportamiento entre Estados e incentivar el respeto hacia las redes comunes globales».
Como parte de este renovado empeño, el Departamento de Estado piensa formular una queja formal a China para que se investigue los recientes ciberataques sufridos por Google. Enfáticamente, Hillary Clinton ha recalcado que ninguna compañía americana debe tolerar «la censura políticamente motivada» a la hora de competir en grandes mercados internacionales. Con la advertencia de que los países que insisten en aplicar cibermuros de censura corren el riesgo de quedarse aislados en el siglo XXI.
En este sentido, la diplomacia de Estados Unidos espera contar con las grandes empresas privadas del sector como «accionistas» de la nueva política para promover y defender la libertad en Internet. Iniciativa acompañada del objetivo de reducir el actual 30 por ciento de la población del mundo sometida a censura y violaciones de privacidad en el ciber-espacio.
Siguiendo esfuerzos ya iniciados por la Administración Bush, el Departamento de Estado también ha anunciado un programa dotado con quince millones de dólares. Esfuerzo que se concentrará en expandir el acceso de las mujeres a la Red, entrenar a ONGs y grupos sociales y respaldar una serie de proyectos de sociedad civil online en Oriente Medio y África. Según Hillary Clinton, «como cuna de muchas de estas nuevas tecnologías, tenemos la responsabilidad de que se utilicen para el bien».
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