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sábado, 30 de enero de 2016

muestra su inquietud Carlos Valverde tras anunciar que Bolivia ha empezado a negociar un contrato por 20 años con Brasil para venderle gas natural. la pregunta, cuál gas? el que tenemos está a punto de agotarse y no queda nada si acaso las empresas no exploran otras fuenten que las que están en explotación...hasta hoy ninguna lo hace, porqué?

Sólo para el tango “20 años no es nada”… para todo lo demás, es un montón de tiempo y de plata. Los contratos de provisión que firmaás, dicen que tenés que proveer lo que contrataste y por el tiempo de duración del contrato y, ahí puede radicar el problema de Bolivia si ofrece lo que cree que tiene y no comienza a trabajar para saber si lo tiene.
En efecto… siempre dijimos que Bolivia “flotaba” sobre un yacimiento de gas muy pero muy grande; las empresas capitalizadoras (las mismas que hoy son “socias”) decidieron “inflar las reservas” para cotizar mejor en el mercado internacional de capitales y, tras de la “nacionalización”, resultó que las cifras no llegaban ni siquiera al 20 por ciento de lo que se suponía que existía, pero el panorama no era tan malo porque seguimos vendiendo gas a Brasil y Argentina por los únicos ductos que tenemos, ya que jamás pudimos salir de esas dependencias y abrir más mercados (por si acaso, vender gas en garrafas y en camiones cisterna no es el negocio que nos va a salvar).
¿A qué viene esto? Pues, resulta que estamos por negociar un nuevo contrato de provisión de gas a  Brasil por 20 años más, cosa que no estaría nada mal si tuviéramos las reservas confirmadas y no estuviéramos negociando sobre supuestos yacimientos de los que supuestamente vamos a sacar gas para que supuestamente Brasil sea abastecido; mucho supuesto, pero no da para más, porque si no aceleramos la exploración, si no viene nadie a explorar, si las empresas que están en Bolivia (incluida YPFB), que atraviesan “apreturas económicas” por la caída del precio del petróleo no logran fondos frescos e inmediatos, la tarea de exploración y más aún la de explotación se va a poner muy difícil, porque nos quedan sólo dos  años y poco para que se termine el contrato actual y “comience” un nuevo contrato que puede no ser muy favorable a nuestros intereses si Brasil no confirma que las reservas están ahí y, lo que es peor, las penalidades no van a ser muy benignas en caso de incumplimiento.
Brasil necesita gas para complementar su red con las hidroeléctricas; si puede comprarnos todo a nosotros, bien, pero si no podemos ofrecer “en firme” (como se dice en el negocio) buscará otros mercados y, si busca otros mercados, nuestro precio no será tan bueno y ésas no son las mejores noticias.
Sabemos que tenemos potencial gasífero (crucemos los dedos para que así sea) pero, las tareas están demoradas y hoy, en 2016, no tenemos nada definido, más allá de los discursos y las arengas.
El autor es comunicador.

jueves, 28 de enero de 2016

Alvaro Riveros asocia dos cifras, la confiscación de cocaína por 640 millones de dólares camuflada en Baritina mineral usado para perforar pozos petroleros en un cargamento a Costa de Marfil y el costo del PROYECTO MUTUN. inteligente asociación!

Álvaro Riveros Tejada
Para pergeñar este artículo hemos echado mano a dos encabezamientos de periódico que señalan: “La Policía confisca cocaína valuada en 640 millones de dólares” (Pagina Siete – 21/01/2016). En un cargamento de entre seis y ocho toneladas de clorhidrato de cocaína, que tenía como destino a Costa de Marfil, en África, e iba camuflado en contenedores de Baritina, un mineral usado en el lodo para la perforación de los pozos petroleros.
Un segundo epígrafe publicado por el mismo medio, dos días después del primero señala: “El Presidente informó ayer que el 11 de febrero el Estado boliviano firmará el contrato para la industrialización de las reservas de hierro del Mutún con la empresa china Sinoesteel, con una inversión de 465 millones de dólares…”.
Sin ingresar en mayores consideraciones sobre las técnicas de camuflaje o transporte utilizados por los narcos para exportar su producto y, sin el ánimo de forzar la capacidad de las entendederas, es difícil abstraerse de la tentación de  equiparar las cifras señaladas y admirar la capacidad económica de nuestros hermanos agroquímicos que, con un solo embarque de su milagroso producto, podrían contar con los recursos necesarios para industrializar nuestra mayor reserva de hierro y hacer sobrar algo para dos hospitales de tercer nivel.
Ya no constituye ningún secreto el poder omnímodo que el narcotráfico ejerce sobre nuestros países, desde el Rio Bravo hasta la Patagonia, con igual o mayor influencia que la transnacional del petróleo. De ahí que, como país productor de materia prima, es prudente tomar distancia de este flagelo, ya que existen varios factores que revelan el desplazamiento de cárteles de la droga hacia nuestras fronteras, como secuela de los tratados de paz en Colombia, la caída del Chapo en México y otros eventos que obligan a los narcos a buscar nuevos paraísos fiscales y políticos, donde desarrollar plácidamente sus actividades y Bolivia es el sitio ideal, por su escasa población y por sus enormes extensiones de tierra.
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En una entrevista con la presentadora de TV Mirtha Legrand, la ex candidata a la presidencia argentina, abogada e influyente política Elisa Carrió, al referirse a Milagros Sala, la activista social que fue detenida por las autoridades de su país, ha denunciado que ella: “recibe dinero del narcotráfico boliviano” y “…de haber creado un pequeño imperio personal en la norteña provincia de Jujuy, zona de penetración de la cocaína del Chapare, donde en más de una ocasión apareció en actos públicos junto al presidente boliviano”.
“Es algo parecido a las FARC” dijo Carrió, en relación a la estructura corporativa montada por la dirigente kirchnerista, “donde el narcotráfico boliviano es el gran cártel que domina todo este proceso, donde la droga producida en el Chapare llega a la Argentina, a bordo de camiones cisterna de la petrolera boliviana YPFB. Usando la Whipala, popularizada por el MAS, como bandera partidaria”. Creemos que tal acusación, similar o más grave que la que formuló la revista Veja del Brasil, debe ser aclarada por nuestra cancillería a fin de evitar esa suerte de incongruencias escalofriantes.

lunes, 25 de enero de 2016

No es confiable la palabra de SE. No se puede uno fiar de lo que dice el Vice. las promesas, como ha sucedido ya varias veces pueden no ser cumplidas, si acaso los dos tercios lo determinan, se puede hacer con ellos cualquier cosa asegura Manfredo Kemppf cuando se refiere a "los riesgos del referendo".

Si ganara el Sí en el referéndum del 21 de febrero próximo, está claro que S.E. y el actual ‘vice’ serían los candidatos presidenciales en 2019. Finalmente, para eso se está modificando la Constitución, para darles gusto a ambos. Sin embargo, si triunfa el No, que es lo probable, nada asegura que S.E. y su ‘vice’ no sean candidatos en 2019. Y nada asegura eso, porque como los masistas no tienen palabra, ¿a quiénes les puede extrañar que con sus dos tercios en la Asamblea no hagan una interpretación a su gusto del resultado y den vuelta la tortilla?

Si gana el No a la reelección, al MAS le quedan cuatro años de Gobierno por delante, lo que es tiempo suficiente para idear conjuras inconstitucionales. Nuestros anunciados temores de que S.E. ordene a la Asamblea Legislativa Plurinacional, a través de sus bases, que se realice otra consulta en 2017 o 2018, son perfectamente posibles. ¿Va a confiar el país en la palabra de S.E.? ¿Acaso no estamos acostumbrados a que se burle de sus pactos? ¿No quedará herido porque este será un verdadero plebiscito que lo rechazará?

A estas alturas del proceso de la consulta popular no sabemos qué se podría hacer al respecto. Pero es necesario que se apele a todas las instancias internacionales posibles en busca de una garantía para que el MAS no se burle de los efectos del referéndum si le es desfavorable. Todo lo que se haga en el país o esté por hacerse depende de los dos tercios en la Asamblea. “Señor secretario, sírvase verificar el voto”. “Hay dos tercios, señor presidente”. Con solo esas dos expresiones todo se puede cambiar en Bolivia y cualquier iniciativa, por descabellada que sea, puede prosperar.

No se debe confiar en la palabra de los masistas. No es confiable la palabra de S.E. No se puede fiar de lo que diga el ‘vice’. Es necesario proteger el No por el que votará la gente para que no sea manoseado y burlado. S.E. sabe que si finaliza su mandato no se irá a Chapare a poner su chiringuito de chicharrones y pique macho. El ‘vice’ sabe que tampoco se irá a dar clases de matemáticas o teoría política a una universidad. Ambos saben que si se alejan del Gobierno, lo que les espera, sin duda, será un juicio de responsabilidades. Por eso no quieren ni pensar en dejar el mando. Son muchas las causas existentes para que vayan al banquillo de los acusados. ¿No hay razón entonces para que pretendan incumplir con el voto popular en febrero si les resulta adverso?

lunes, 18 de enero de 2016

cuando tratamos PROYECTOS en este sitio, no nos referimos sólo a los de Cochabamba, sino a los que hacen con Bolivia, por tanto, como en el caso presente con el Tren Eléctrico de Santa Cruz. El Dia propone.

Con la reciente llegada del viceministro Federal de Transporte, Construcción y Desarrollo Urbano de Alemania, Rainer Bomba, encabezando la delegación extranjera que de inmediato comenzó a abordar con su contraparte boliviana los alcances de los proyectos de transporte masivo para Santa Cruz, se da paso a una singular etapa de obras para la capital oriental, el departamento y el país. En efecto, se perfila en el horizonte no solo la posibilidad cierta de un tren urbano metropolitano, que de suyo contempla un sistema de transporte mucho más amplio, sino también de otras obras clave como el tren bioceánico y la incursión alemana en áreas de producción y energía.
 
Sin embargo, es el tren urbano el que concita la atención. Por una parte porque el Gobierno ha asegurado su financiamiento con la disponibilidad de 750 millones de dólares. En segundo lugar, porque con este nuevo sistema masivo de transporte público se pretende resolver los problemas de transporte urbano de la capital cruceña, agobiada por un tráfico vehicular caótico y sin aparentes visos de solución. Además, Alemania está cumpliendo  puntualmente el convenio de cooperación binacional recientemente suscrito. Una muestra es la frondosa delegación técnica -veinticinco personas altamente calificadas- con representantes de empresas especializadas en el área de los ferrocarriles
 
El meollo del asunto es que las decisiones que se tomen -es decir, el proyecto de tren urbano que se apruebe- afectarán sin vuelta de hoja la infraestructura vial de la capital y el modo de vida de sus habitantes. Se ha insinuado que Santa Cruz se perfila como un centro neurálgico del transporte regional, por lo que el proyecto elegido deberá contemplar esa visión de futuro y sopesar sus efectos a corto, mediano y largo plazo. Las decisiones técnicas se centrarán en las ventajas y desventajas de un tranvía urbano frente a un tren eléctrico metropolitano. Sin duda, proyectos diferentes y de distinto costo e impacto para una capital que no termina de resolver sus problemas más básicos.
 
Desde esa perspectiva, el proyecto del tren urbano invita a soñar, pero también induce a una reflexión profunda sobre sus supuestos beneficios. Se han visto tantos esfuerzos en vano en el duro intento de resolver el problema del transporte urbano, que los nuevos proyectos se miran con desconfianza. Pero este nuevo emprendimiento binacional invita a creer. El solo hecho de que la delegación germano-suiza incluya representantes de empresas expertas en construcción de ferrocarriles, equipamiento, servicios y mantenimiento, además de sistemas de comunicación de trenes, con enorme experiencia y credibilidad, alienta no solo esperanzas, sino también las grandes y justas expectativas.
 
En todo caso, se están dando los primeros pasos con amplia participación técnica local y nacional, además de la germano-suiza, lo que ha motivado sendas expresiones de satisfacción de autoridades y ciudadanía respecto a la cuasi certeza de contar con un tren urbano moderno y con amplias posibilidades de ampliar su cobertura de servicios. No obstante, todavía no se sabe la cuantía de recursos que demandará el proyecto elegido, y de qué manera afectará o resolverá el complicado flujo vehicular de la ciudad, donde el sector transporte público no termina de dar un servicio de calidad y eficaz, ofreciendo, por el contrario una imagen negativa. ¿Será el tren urbano una solución conveniente?.
Se ha insinuado que Santa Cruz se perfila como centro neurálgico del transporte regional, por lo que el proyecto elegido del tren urbano deberá contemplar esa visión de futuro y sopesar sus efectos a corto, mediano y largo plazo.

domingo, 17 de enero de 2016

al menos por la tercera vez, Los Tiempos pide mayor claridad en el proyecto "tren eléctrico del valle", ya que hasta ahora no se hace la luz y los datos sobre su viabilidad son insuficientes. Cochabamba, una vez más a punto de ser enganada, sostiene el matutino.

Por fin los cochabambinos sabremos si estamos ante un proyecto merecedor de nuestra confianza o si, por el contrario, habrá llegado la hora de buscar una mejor opción
Hace algo más de cuatro meses, el 18 de septiembre de 2015, pocos días después de que en un muy publicitado acto público se suscribiera un contrato entre el Ministerio de Obras Públicas Servicios y Vivienda (Mopsv) y la empresa española JOCA Ingeniería y Construcciones de un tren urbano en Cochabamba, en este espacio editorial, bajo el título “Dudas sobre el Tren Metropolitano” expusimos nuestras cuestionamientos sobre la seriedad y viabilidad del mencionado proyecto.
Al detallar las razones en las que se fundamentaban nuestras dudas, dijimos que éstas eran de carácter legal, técnico y financiero. Y tras desglosar los tres aspectos, expusimos nuestra esperanza en que el Mopsv y JOCA las despejaran antes de iniciar los trabajos.
Al referirnos al aspecto legal, destacábamos el carácter secreto que se le dio al documento suscrito. Y ante la inexistencia de información sobre los términos del mismo, nos limitamos a esperar con paciencia que se cumpliera el compromiso asumido por la representante legal de la empresa para hacer públicos los términos contractuales.
Desde el punto de vista técnico, expusimos nuestra preocupación por la falta de estudios técnicos, ambientales y urbanísticos que sustentaran la viabilidad del proyecto y que justificaran la elección de una empresa española cuyos malos antecedentes no ofrecían ninguna garantía (a diferencia de lo ocurrido en La Paz con el teleférico y en Santa Cruz con otro proyecto similar, donde se ha convocado a las empresas especialidades que se clasifican entre las más importantes del mundo). Y al referirnos a los aspectos financieros, expresamos nuestra extrañeza por la ligereza con que había determinado el costo total de las obras a pesar de que no se había hecho ni siquiera un estudio de prefactibilidad y, peor aún, que se confiara la tarea de obtener el financiamiento a una empresa que ha dado muestras de comprobada insolvencia.
Más de cuatro meses han transcurrido desde entonces y ninguna de las dudas ha sido despejada. Peor aún, éstas han seguido multiplicándose y no dejan de aumentar con cada explicación que dan los representantes gubernamentales y de la empresa española. Son tantas las contradicciones, las incoherencias, los mutuos desmentidos y tan absoluta la falta de documentos que respalden sus afirmaciones que resulta imposible no alentar el temor de que, una vez más, Cochabamba esté a punto de ser víctima de un nueva frustración.
Felizmente, dentro de pocos días, el próximo 20 de enero, se cumple el plazo fijado para que la empresa española presente todos los documentos que acrediten la seriedad de su propuesta tanto desde el punto de vista financiero como técnico y legal.
Por supuesto, se espera que tales documentos estén respaldados por los correspondientes estudios de impacto ambiental y urbano, y contemplen aspectos tan importantes como los derechos de vía, los trazos de las tres líneas, el número de estaciones que habrá que construir en cada una de ellas, entre muchos otros.
Esperemos pues que en el transcurso de los próximos días se ponga fin a cuatro meses de incertidumbre y que los cochabambinos sepamos por fin si estamos ante un proyecto serio, viable y merecedor de nuestra confianza o si, por el contrario, habrá llegado la hora de buscar una mejor opción.