cada uno de los nuevos detenidos está obligado
a pagar un tributo de ingreso al penal de San Sebastián. lo hace efectivo el encargado del orden interno, que no es policía, y "permite que el nuevo" negocie las condiciones de su vivienda con los interesados. se da el caso del que paga el derecho a una celda, según su ubicación y categoría. las hay de 100, 150 y hasta 200 dólares cuyo destino nadie sabe dónde va a parar, pregúntenle al "alcaide" quién establece además las tarifas por internación de cigarrillos, chicha, cerveza o singani, como en una cantina, los recolectores son los guardias del portón que sin embargo "nunca ven nada. no oyen nada. no están enterados. los reos con o sin condena, en todo caso un porcentaje de "los pudientes" gozan de buena comida, buena bebida y hasta de pichicata. cómo ingresan al penal? llegan por el aire, porque por la puerta "no pasa nada".
a las dos de la madrugada empieza el aseo personal
en la cárcel San Sebastián de Cochabamba donde conviven 600 personas en una casa vieja de dos pisos y 550 metros cuadrados. Tiene sólo ocho huecos como letrinas y escasea el agua. Padres de familia, pués allí y aunque usted no lo crea viven 170 menores de edad, tienen que madrugar y llevar agua a sus celdas para el desayuno de sus pequeños y el aseo, la caravana a los servicios prosigue durante todo el día y las peleas son inevitables. Será posible que alguna institución como la Cruz Roja, las Iglesias, los DDHH hagan algo para evitar éste drama que puede desencadenar epidemias, crímenes, y otros males?
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