yo acuso
17 años de la privatización de los ferrocarriles
Gonzalo Molina Ex-senador de la República
Siendo que el ferrocarril en el mundo entero es uno de los
parámetros con los que se mide el progreso, resulta que Cochabamba se halla en
franco y evidente retroceso sin perspectivas de soluciones.
Cargamos diez y siete años con protestas y reclamos porque a
Cochabamba le robaron la dignidad en su cultura ferrocarrilera, porque no
fue ni es bien entendida y acabó siendo la peor víctima de la
privatización de los ferrocarriles con inconmensurables pérdidas económicas y
sociales en su rol articulador del Oriente con la zona Andina del país.
Hemos reclamado y gestionado ante el Palacio de Gobierno,
Parlamento, Gobernaciones, Municipios y Comités Cívicos, como
también lo han hecho Ramón Claure Calvi, Samuel Mendoza, Alfonso
Balderrama, Ramiro Velasco Romero y muchos otros que merecen nuestro aprecio.
Todos hemos publicado reclamos unas veces con energía y otras llorando
sentados en una grada. Parecen reclamos escritos en chino porque nadie
los entiende. Oportunamente solicitamos a la Policía, el resguardo
de los bienes de Ferrocarriles Residuales, siendo negada toda posibilidad por
falta de presupuesto.
Y los ferrocarriles se fueron de Cochabamba, se llevaron todo, nos
quedamos sin nada, con pueblos fantasmas, anquilosados en el centro del país,
en el corazón de la Región Sur americana, frustrados en el mejor lugar
estratégico para la geopolítica de la economía desarrollista, la
infraestructura de exportación, del comercio, el turismo y de la conexión
inter-oceánica.
Los terraplenes sembrados de durmientes, rieles y eclisas
colapsaron, se perdieron los muros defensivos en la cuenca de los ríos
Arque, Changolla, Rocha, y Hualla. Desaparecieron los puentes
metálicos igual que los tanques de agua, se fueron en leña los durmientes
y en chatarra los rieles, las eclisas y los pernos de anclaje.
Eran cuatro hermosas vaporinas para las que pedimos auxilio
a la Embajada de Cuba, porque son los únicos en este continente que restauran
ese tipo de locomotoras y nos negaron. Fueron entonces desarmadas a
combazos y cortadas con soplete para vender sus partes como chatarra. Las
enormes y bien dotadas maestranzas con grúas y tornos, fueron saqueadas, la
estación central alquilada, otras intermedias vendidas, los predios que
pertenecían a la Empresa Residual están ocupados.
La comisión que recientemente fue creada en la Asamblea Nacional
para investigar estas atrocidades tendrá mucho trabajo con los
ferrocarriles de Cochabamba desde la estación de Aguas Calientes que limita con
Oruro, hasta la estación de Aiquile que debiera continuar a Santa Cruz y
encontrará pruebas aterradoras en las oficinas del Estado, en hemerotecas y en
Google que tienen que ver con nuestro sistema de transporte ferroviario, con
trocha métrica y velocidad media de 30 Km. hora cuando otros países están
entrando a los trenes Maglev de super velocidad.
Y no existen perspectivas ciertas de solución porque
el paso de los rieles por zonas geológicamente inestables no es comparable a la
travesía por pie de montaña como es el proyecto Aiquile – Santa Cruz que
una vez mas queda injustamente relegado.