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viernes, 26 de noviembre de 2010

agudo, incisivo, directo es Cayetano mostrando a Evo "como ejemplo a seguir" según la broma de malgusto que se gastó Insulza en La Paz


Sospecho que el Secretario General de la OEA hizo un chiste o simplemente se burló de Evo Morales. El tono exagerado, zalamero, ausente de matices, con cariñoso abrazo al Presidente boliviano, para decirle que “Bolivia es un ejemplo de democracia para la región”, me suena más a burla que a halago. Y hay fundadas razones para esa sospecha.

Bolivia es un país donde se ha perdido la noción básica del estado de derecho. Un país que ha perdido fundamentalmente el principio que sostiene la institucionalidad democrática: la división e independencia de poderes. Un país en el que el Presidente ha asumido el papel de un caudillo con todas las atribuciones y poderes, sin tener más referencia que su propia voluntad, criterio o humor. Y lo ha hecho sin una gota de simulación o cuidado por las formas: “A mí no me importa si es legal o es ilegal… ¡yo le meto nomás!” Todo un ejemplo, según Insulza.

Un país en el que el Presidente nombra a dedo, sin explicación ni contestación posible, a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y a los del Tribunal Constitucional. Un gobierno carente de fiscalización legislativa que tiene en la Asamblea Legislativa una suerte de eco dócil de las disposiciones del Poder Ejecutivo: “el sindicato que tiene que manejar García Linera”, lo llamó Evo Morales, sin temor a humillarlo. Un gobierno que se ha apoderado del Ministerio Público, del conjunto del Poder Judicial, y que le ha permitido montar todo un sistema de judicialización de la política para poder perseguir y castigar con procesos acelerados a quienes tienen la osadía de ganarle elecciones o de oponerse a su proyecto totalitario. La lista de opositores que han ganado elecciones y que están perseguidos o ya están en la cárcel es nutrida. Ese es el “Estado democrático en plena transformación revolucionaria y que es un ejemplo para el continente”, Insulza dixit.

Un país en el que el propio Presidente afirmó que había hecho trampa para poder acceder al mecanismo de la reelección y que jamás ha ocultado -y sus seguidores han ratificado- su intención de permanencia indefinida en el poder. “Es un extraordinario ejemplo para la región y estamos muy felices de poder apoyarlo”… Lo dijo Insulza.

Un país en el que el Presidente encabeza una campaña sostenida contra los medios de comunicación -“los medios son mi principal enemigo”, según él mismo dijo. Y ratificó esa enemistad con una política persistente de presiones, adquisición de medios, acoso a la denominada “prensa crítica”, emisión de leyes portadoras de amenazas y castigos, mientras alienta una prensa oficial, obviamente con recursos del Estado, que no tiene otra obligación que la de la propaganda del régimen siguiendo las normas de la vieja escuela goebeliana. ¿Qué tal el ejemplo?

Ahora entiendo el empeño de Insulza para que Cuba retorne a la OEA. Cumple , con excelsitud, los requisitos que él considera esenciales para una democracia ejemplar. Es una pena que Cuba no forme parte de la OEA , porque ahí estaría José Miguel Insulza, abrazando a Fidel y exhibiendo el ejemplo cubano. En todo caso, no haría otra cosa que seguir los pasos de Lula, el brasileño, que no tuvo ningún asco en afirmar que los presos en Cuba no eran políticos, sino delincuentes.

Hay una pregunta que me da vueltas: si lo que sucede hoy en Bolivia es “un ejemplo para el continente”, ¿qué diablos hacía el señor Insulza, formando parte de un gobierno como el de Ricardo Lagos en Chile y, además, con pretensiones de ser Presidente de un país que, finalmente, tendría que seguir el ejemplo de Bolivia?

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