claridad en el planteamiento de Los Tiempos
Obras prioritarias. desechar otras secundarias anunciadas con bombo y sonaja por el Gobierno. Dos fuentes de insumos preocupantes. Misicuni una y agua potable y alcantarillas. fuera "El Batán" y un gigantesco Hipódromo en Tarata. el nuevo cuadro en tiempo de "vacas flacas" en que se impone la austeridad y el adios a mastodónticas, fasistoides "obras" para deslumbrar y permitir el prorroguismo, esto no lo dice LT, nuestro editor añade una planta de incineración de desechos sólidos en lugar de planificar tan sólo el mejor recojo de la basura, es insuficiente.
El anuncio hecho por el presidente Evo Morales sobre la necesidad de que nuestro país se prepare para hacer frente a una época de apreturas económicas, para lo que es indispensable la adopción de “algunas políticas de austeridad”, ha puesto a nuestro gobierno departamental y a los de los municipios cochabambinos, como a los de todo el país, ante la obligación de hacer los ajustes presupuestarios correspondientes.
En el caso Cochabamba, la necesidad de “ajustarse los cinturones” es aún mayor porque a las causas externas se suman por lo menos otros dos factores que empeoran el ya de por sí difícil panorama.
Uno de ellos es la fuerte caída de 8,21 por ciento que ha sufrido durante los últimos meses la tasa de producción de gas natural en nuestro departamento, lo que se expresa en una pérdida de Bs 31,3 millones, equivalentes a una disminución de 16,4 por ciento.
La segunda agravante de las penurias que se avecinan es la voracidad con que el Proyecto Misicuni absorbe sin cesar una porción desmedida de los recursos regionales. Y como no se vislumbra la posibilidad de que esa obra sea terminada en el futuro inmediato, habrá que seguir renunciando la posibilidad de dar mejor destino al dinero disponible.
Ante tan adversas circunstancias, resulta ineludible la necesidad de planificar los recortes y, por consiguiente, a revisar la lista de prioridades. Eso significa descartar, o por lo menos postergar para los próximos años, los proyectos que no sean prioritarios y concentrar los esfuerzos y recursos en los que no pueden esperar.
El Gobierno central ya ha dado un paso en esa dirección al anunciar que las inversiones que hará en nuestro departamento se concentrarán en cuatro áreas: hidrocarburos, caminos, transporte y generación de energía. Una similar identificación de prioridades es lo que se espera del gobierno departamental y del municipal. Y que al hacerlo, tengan como principal criterio orientador las urgencias de la mayor parte de la población.
En Cochabamba, en el municipio del Cercado, así como en gran parte de los demás, no puede ni debe haber lugar a dudas a la hora de identificar la máxima prioridad y el orden de las siguientes. Es la dotación de un servicio de agua potable y alcantarillado, para lo que habrá que invertir varias centenas de millones de dólares, además de los que seguirá devorando Misicuni. Salud, educación, un sistema moderno de recojo y tratamiento de la basura, transporte urbano, deben también figurar inexcusablemente en la lista.
Tan importante como identificar los proyectos prioritarios, es identificar los que no lo son. Es el caso, por citar sólo algunos de los más conocidos, de un estadio monumental en nuestra ciudad, un hipódromo en Tarata que sea “el más grande y moderno de Latinoamérica” o un escenario para festivales internacionales de música, entre otros.
Es probable que en tiempos de bonanza ilimitada no sea imprescindible reflexionar detenidamente antes de tomar decisiones. Pero ya se sabe que no es nuestro caso. Por eso, sólo cabe esperar que la capacidad de discernimiento de quienes tomen las decisiones no resulte obnubilada por intereses ajenos a los Cochabamba y sus habitantes.
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