Betty Grannier ha dejado de existir en la ciudad de Cochabamba, Bolivia dejando dos hijas
en la orfandad. Mujer emprendedora fue de las primeras en gerenciar una fábrica de
sombreros e iniciar negocios inmoviliarios con gran tesón.
Cultivó la amistad de un grupo de amigas que resultados de compartir varios años de
estudio, de mantener su relación con tino y consecuencia.
Su muerte nos deja un vacío, difícil de llenar. Su hospiitalidad a toda prueba, su trato
exquisito, su generosidad y desprendimiento hicieron de Beatriz una inolvidable amiga.
Paz en su tumba y consuelo a su familia.
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