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viernes, 31 de julio de 2015

con inteligencia Germán Torrez Molina, describe el cuadro económico de entidades como la Alcaldía. cambio de mando, en la primera gaveta del escritorio, se acumulan letras de cambio, pagarés, compromisos de pago que no figuraron en los informes. qué ha pasado? deudas, dinero contante que ingresó al Tesoro, que se gastó, quién sabe cómo y ahora...no hay dinero para devolverlo. Tarija por ej., está pasando un dramático momento sin recursos para abonar la deuda. la irresponsabilidad incluye al prestatario que pone, a sabiendas, en riesgo "su capital", es que hay gato encerrado?

A principios del siglo pasado un ministro de la Rusia Zarista; Alexander Sack, acuñó el concepto de “deuda odiosa”, para caracterizar a aquellas obligaciones económicas que un Estado, una sociedad o una institución pública hubo contraído en especiales circunstancias y que llegado el momento de honrarlas por los renovados responsables, provocaban desasosiego por la presión de su cobro, por la magnitud de los montos, por la carencia de recursos y por tener que postergar otras urgentes necesidades. En términos generales se le tipifica por tres características. Primera “el gobierno del país recibe un préstamo sin el consentimiento y la aprobación de los ciudadanos”. Segunda “el préstamo se destina a actividades no beneficiosas para el pueblo”. Tercera “el prestamista está informado de esta situación, pero se hace al tonto”.

El endeudamiento como alternativa financiera no es malo per se, al contrario a veces sin deudas no es posible realizar inversiones importantes. Pero, en el entorno de la gestión pública, ha sido y sigue siendo un mecanismo premeditadamente mal utilizado, a todo nivel y casi en todas partes. 

Los organismos fiscalizadores y de control se han convertido en “rehenes de las coaliciones gubernamentales y de los grupos de interés”, respaldados por los usureros del capital financiero. 

Los ejemplos están recurrentes en todas partes, desde el “primer mundo” con las crisis económicas en diferentes grados de los países europeos, pasando por la desaceleración económica de la mayoría de los países centro y suramericanos –sin obviar a la “primera potencia” norteamericana– hasta terminar en el desagregado de las famosas OTB (Organizaciones Territoriales de Base) en nuestros municipios, muchas de ellas paralizadas e hipotecadas desde hace años.

Los afanes electorales, han tentado –sin distinción de colores– a los que querían ingresar y especialmente a los que querían quedarse en el ámbito de la “cosa pública” a ofrecer “cielo y tierra” a cualquier costo. 

El tema de las deudas municipales es un tema pendiente y complejizado, en la mayor parte de los casos sin sanción dentro de una compulsa política. Como cualquier ciudadano contribuyente “odio” tener que pagar con mis impuestos obras que no necesito, no las uso, ni las conozco.

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