El servicio de Inteligencia venezolano está realizando una minuciosa labor de seguimiento de los oficiales de las Fuerzas Armadas para identificar a quienes muestren desafecto con el régimen de Evo Morales. En realidad esta labor se venía cumpliendo desde hace tiempo atrás en forma solapada pero ahora se la hace en forma institucional, es decir con el abierto respaldo del gobierno del MAS.
El Ministerio de Defensa, a cargo del ex defensor de la capitalización, Walker San Miguel, ha cursado una instrucción para que las diferentes unidades militares en todos los puntos del país entreguen, mediante sus respectivas secciones segunda, informes sobre todos y cada uno de los oficiales detallando sus inclinaciones u opiniones políticas.
Además se debe precisar las personas, así sean militares o civiles, que frecuenta. En dicha instructiva se indica que cada jefe de unidad tiene la obligación de reportar de inmediato si determinado oficial tiene algún tipo de relación, sea amistosa o de parentesco con alguien que haya sido identificado como opositor.
El no hacerlo significará para el jefe militar una severa llamada de atención y la presunción de complicidad en supuestas actividades conspirativas. Por el contrario, el informar adecuadamente representará ascensos y la posibilidad de mejores destinos.
Esta instrucción ha generado un clima de desconfianza dentro de la oficialidad que ahora se cuida muy bien de expresar sus criterios así sea sobre temas de los más nimios. Pero además se ha identificado a un grupo de oficiales que trabajan estrechamente con los militares venezolanos, que a la fecha se calcula que llegan en el país a los doscientos.
Estos se encuentran distribuidos en diversas unidades militares del país cumpliendo funciones de “asesores” en la construcción de escuelas y otras obras de infraestructura, pero en realidad su función principal es la de vigilar (espiar) y, en su caso, evitar que surja algún militar boliviano respondón que quiera ponerle un alto al desmadre que se vive en el país y al manoseo gubernamental de la institución castrense.
Los venezolanos no deben rendir cuentas de sus actos ante nadie y en algunos cuarteles de los departamentos de Beni y Pando, tienen más mando que el propio comandante de la unidad. Algunos ya han hecho llegar sus quejas al Ministerio de Defensa y al Alto Mando pero las respuestas fueron, invariablemente, amenazas, además de quedar señalados y expuestos a la purga que ha comenzado para los militares y policías por expresa instrucción del presidente.
Evo Morales tiene una interpretación muy sui generis sobre lo que significa la traición a la patria. Bueno sería que explique si el permitir que los militares bolivianos estén subordinados a los venezolanos no entra dentro de esa definición y si quiere la respuesta solo tendrá que mirarse al espejo para que vea quién es el traidor a la patria.
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