El gobierno del MAS ha asumido que el control de los medios de comunicación es un componente indispensable para la aplicación de su modelo autoritario. Como siempre, no ha descubierto nada nuevo y el MAS aplicará una vieja receta. La existencia de medios de comunicación independientes resulta impensable cuando se quiere imponer un proyecto hegemónico. La libertad de pensamiento siempre ha resultado incómoda para los dictadores de todos los tiempos y lugares.
El MAS está actuando en estricta sujeción a su concepción antidemocrática y se ha lanzado a la tarea de hacerse, plata venezolana mediante, de medios de comunicación que respondan en forma incondicional a sus postulados y antes que informar, se dediquen a lanzar loas al “jefazo” y a generar una opinión favorable a las acciones de gobierno, que por si mismas, cada vez tienen menor credibilidad.
La red televisiva ATB y el prestigioso periódico La Razón cayeron en las garras de los venezolanos y por ende de los masistas y como era de suponerse, se ha desatado una aguda pugna dentro de los “periodistas orgánicos” del MAS por el control de ambos medios.
La primera en presentarse al ruedo fue la indescriptible Amalia Pando, quien fuera aguerrida defensora de la capitalización de las empresas estatales, aunque más por dinero que por convicción. Ahora también más por dinero que por convicción se presenta como defensora del “proceso de cambio”.
Sin embargo el pan se le quemó en la puerta del horno y su intención de asumir la dirección de ATB quedó en nada. Se quedó con los crespos hechos Amalia a quien los amigos llaman cariñosamente “Patora”. Sucede que como ocurre frecuentemente en las pugnas cortesanas, a alguien se le ocurrió mostrar algunos documentos y grabaciones de las épocas en que Amalia era muy allegada a Goni y defendía la capitalización desde los medios donde trabajaba.
Tuvo por tanto que retornar a Erbol para seguir haciendo méritos ante el “jefazo” y despotricar contra la oposición aunque se comenta que resentida, lo hace cada vez con menos convicción y contundencia. Mientras tanto se menciona como postulantes a Consuelo Ponce, que sin poseer titulo ni talento alguno es la actual directora de Comunicación de la Cancillería y servil entrevistadora a funcionarios de gobierno en el programa “El pueblo es noticia” que transmiten radio Patria Nueva y Canal 7.
Es mencionado también “Perico” Pérez quien tiene a su cargo un programa matutino en RTP, el canal del “compadre” Palenque y que ahora es absolutamente funcional al MAS, entre otras cosas porque el medio recibe una fuerte inyección de plata del gobierno. Entre los méritos de “Perico” se cuentan que fue uno de los que tomó el Canal 7 el 17 de julio de 1980 durante el golpe de Luis Garcia Meza. Era brazo derecho de Rosario Poggi a quien una revista brasileña de la época describió como “la amante del coronel de la coca”, es decir, Luis Arce Gómez. Antes de su aterrizaje en RTP estuvo varios años en Bolivisión de donde fue echado, según se supo por manejos mas que sospechosos.
Los candidatos a ocupar la dirección del periódico La Razón son Raúl Peñaranda y Gustavo Guzmán. El primero siempre ha gustado vender su imagen de “investigador” y fue propietario del semanario La Epoca , precisamente el primero que cayó bajo el control del MAS y que ahora es conducido por un grupo de periodistas cubanos.
Con habilidad y destreza de felino, Peñaranda siempre cayó parado en los gobiernos “neoliberales” mostrándose unas veces como allegado al MIR y otras a ADN. Parece que no llegó a incursionar al MNR. De esta forma fue asesor del Ministerio de Informaciones, cuando este despacho estaba a cargo de Jorge Landivar. Todo ese flirteo no ha impedido que ahora esté haciendo lobby en el MAS para hacerse cargo de La Razón. Finalmente se trata solo de ponerle una raya más al tigre.
Gustavo Guzmán tuvo un desafortunado paso por la embajada de Bolivia en Estados Unidos y era más conocido por su vistosa “colita” que por sus dotes diplomáticas. En realidad los fracasos signaron su gestión diplomática y solo se debe recordar que no pudo lograr la ampliación de las preferencias arancelarias, aunque es justo indicar que para esto contó con el decidido y entusiasta apoyo del propio Evo.
A parte de lo anecdótico se debe indicar que el gobierno del MAS está ejecutando su plan de control de los medios de comunicación, ya sea mediante la compra, amenazas a los periodistas o mediante recortes de la publicidad estatal que a la fecha constituye la principal fuente de ingresos para canales de televisión, periódicos y radios, dado el paulatino languidecimiento del sistema productivo privado. Con esta política el gobierno gana, Bolivia pierde.
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