El mes de marzo trae importantes fechas y acontecimientos dignos de recordar y comentar. Por ejemplo, están los Idus de marzo, el aniversario de creación de la ciudad de El Alto, la conmemoración de la Guerra del Pacífico y la pérdida del Litoral boliviano, el inicio de la Cuaresma y la visita del cardenal Julio Terrazas al Vaticano para presentar al Papa Benedicto XVI su renuncia como Arzobispo de la Diócesis de Santa Cruz.
La renuncia obedece a las normas y tradición de la Iglesia Católica y significa dejar la función de Obispo de la jurisdicción eclesiástica de Santa Cruz, pero no implica abandonar el nombramiento como Cardenal ni dejar el liderazgo espiritual y político alcanzado por monseñor Julio, pues el nombramiento de Cardenal es un título honorífico a la persona al cual no se renuncia. Por tanto, para alegría de muchos, monseñor Julio seguirá siendo Cardenal y nuestro líder espiritual por muchos años más.
Los Idus de marzo eran días de buenos augurios, pero lograron fama oscura porque el emperador Julio César fue asesinado el 15 de marzo del año 44 antes de Cristo. Julio César había sido advertido por un vidente del peligro que corría y que desoyó con cierta arrogancia. Cuando el César iba al Senado, llamó al vidente y riendo le habría dicho: “Los idus de marzo ya han llegado”, a lo que el augur contestó: “Sí, han llegado, pero aún no han concluido”. Al final del día una conspiración de senadores acabó con la vida del Emperador.
El 6 de marzo se conmemora la creación de una ciudad que con el tiempo ha fusionado el progreso con los problemas de la migración y la pobreza. El 23 de marzo marca un día histórico y un desafío para la política interna y exterior del país.
La Cuaresma comienza el miércoles de ceniza (9 de marzo) y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. Son 40 días de preparación para las fiestas de Pascua. Es el tiempo previo a la Semana Santa, los días en los que Jesús fue entregado a las autoridades políticas y religiosas de la época para un amañado juicio y posterior cruel crucifixión. Lo más conmovedor de la Cuaresma y de la Semana Santa, del tiempo de reflexión y conmemoración, no es la muerte de Jesús, sino la certeza de la resurrección y la gran lección de esperanza que nos deja.
Respecto de la presentación de renuncia del cardenal Julio sólo a las responsabilidades administrativas y eclesiales de la Diócesis de Santa Cruz, no se puede saber con anticipación si el Sumo Pontífice aceptará de inmediato la dimisión o aguardará algunos meses hasta nombrar un nuevo arzobispo para Santa Cruz. Lo cierto es que la visita del cardenal Julio a la Santa Sede servirá además para actualizar al Papa Benedicto sobre la pérdida de credibilidad, confianza en el Gobierno y deterioro de la imagen presidencial producto de la crisis económica y la espiral de conflictos que acecha al país, agravada por la captura del general de Policía (Director de la FELCN y de Inteligencia de la Policía) vinculado a un cartel criollo de policías para exportar droga a Estados Unidos.
Como se puede advertir, el mes de marzo suele traer buenos y malos augurios. Las buenas noticias siempre están del lado de nuestra Iglesia y aquellas que nos preocupan del lado de la política.
Que marzo y el inicio de la Cuaresma nos traiga a todos los bolivianos buenas noticias respecto de la política marítima y la lucha contra el narcotráfico.
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