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viernes, 4 de marzo de 2011

otra verguenza nacional. la interpelación fue un teatro para librarle de la presión de renuncia que pesa sobre Sacha Llorenti. los áulicos de la Asamblea hicieron el ridículo aplaudiendo al primer responsable. qué desastre!

Como era previsible, la comparecencia del ministro de gobierno Sacha Llorenti ante la Asamblea Legislativa se convirtió en una farsa de interpelación, confirmando que en la Bolivia de Evo Morales ya no queda el mínimo resquicio de independencia de poderes. En vez de servir para transparentar el papel que el narco-general René Sanabria desempeñaba al interior del Ministerio de Gobierno, la sesión se volvió una plataforma discursiva para que Llorenti -sobre quien pesan serias sospechas de responsabilidad en el caso, por acción u omisión- declamara acerca de los “abusos” y la “injerencia” de la DEA mientras actuaba en Bolivia. Ergo: la expulsión habría sido la medida correcta, aunque eso haya implicado el aislamiento internacional de las fuerzas bolivianas antinarcóticos, marco en el cual se ha dado la actual penetración del narcotráfico en sus estructuras de mando. Es importante agregar que ese aislamiento no se da solamente respecto a la agencia antidroga norteamericana, sino también en relación a las fuerzas colegas de los países vecinos, tal como lo afirmó hoy el director de la policía antinarcóticos de Chile. Sobre la detención de Sanabria, poco y nada dijo Llorenti, a no ser que su repartición procedió “de inmediato” a detener a policías vinculados con el general, lo que no hace más que reforzar la hipótesis de que el gobierno de Evo Morales se ha enfocado en una investigación “hacia abajo”, dedicada a capturar a los “peces chicos” del cártel Sanabria, cuando lo útil e interesante sería desentrañar cuáles eran las cabezas por encima del narco-comandante. Buscando minimizar la relevancia de Sanabria dentro del Ministerio de Gobierno, Llorenti no dudó en definirlo como una suerte de “capo de quinta”, al sostener que su unidad pertenecía a esa categoría. El ministro también se mostró aferrado al cargo, del que dijo sólo saldrá cuando el presidente cocalero Evo Morales le retire la confianza. Buscando mostrar la efectividad de la lucha antidroga en el actual gobierno, Llorenti dijo que del 2005 al 2010 se decomisaron 117 toneladas de cocaína, en comparación con las 45 capturadas en el lustro anterior. Pobre defensa, si tenemos en cuenta que las estimaciones internacionales indican que apenas se captura el 15% de lo producido, lo que confirmaría el significativo aumento de la producción de cocaína durante la gestión de Morales. El ministro también fustigó a la prensa por hacer eco del escándalo Sanabria, atribuyendo la cobertura a la acción de una supuesta “extrema derecha mediática”. Hay que comprenderlos: es que, como ha dicho el senador del MAS Isaac Ávalos, la detención de René Sanabria fue un caso de “mala suerte”…
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