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viernes, 28 de agosto de 2009

ronda el fantasma de la guerra. "los sabios" que aconsejan a Chávez le han dicho que haga la guerra como la forma de salvar su caída. Hitler lo hizo!


Sin duda, los ojos de las Américas estarán hoy puestos en la estación invernal argentina de Bariloche, donde los presidentes de Unasur han sido convocados por Hugo Chávez, secundado por sus “dirigentes satélites”, para analizar los convenios de asistencia militar entre Colombia y Estados Unidos. Es tal la controversia que el mandatario venezolano ha provocado, innecesariamente, que sorprende que países con gobiernos serios, como Brasil, Chile o Perú, se presten al sainete preparado por la “pretendida y poca pulida reencarnación de Simón Bolívar”.

Sería aún más grave que la cumbre concluya con un pronunciamiento de apoyo a Chávez, en lo que vendría a ser una abierta intromisión en los asuntos internos de Colombia y también, por supuesto, de los Estados Unidos, el otro firmante del acuerdo. De ocurrir esto, quedaría como una “víctima”, con derecho, según su criterio, a defenderse, rompiendo, primero, relaciones con su vecino para, luego, declararle la guerra.

A estas alturas de la historia, en pleno siglo XXI, resulta absurdo referirse a la posibilidad de conflictos armados, al menos en esta parte del planeta; lamentablemente, todo puede esperarse de una figura que se cree predestinada a salvar a la región de una amenaza que ronda sólo en su cabeza y en la de dos o tres de sus acólitos regionales.

Queda por verse cuánto de seriedad tiene la retórica belicista de Chávez, pero no hay que olvidar que mentes afiebradas fueron las que provocaron la mayor parte de las guerras que ha sufrido la humanidad. Es de esperar que el frío, aún presente en Bariloche, enfríe la cabeza del presidente guerrero; pero, mucho más importante será que sus colegas de la región, los que presiden gobiernos sensatos, aquilaten los hechos en su verdadera dimensión y actúen en consecuencia. (subeditorial de Los Tiempos)

miércoles, 26 de agosto de 2009

muy importante el pedido de Quiroga. Morales debe romper el pre-acuerdo con chile sobre el Silala. lo contrario será "un acto de traición a la patria"


El ex presidente boliviano Jorge Quiroga (2001-2002) emplazó hoy al Gobierno de Evo Morales a anular el preacuerdo negociado con Chile sobre el uso de las aguas de la región fronteriza del río Silala.

Quiroga, que también es candidato a la presidencia de Bolivia para los comicios de diciembre, dijo en conferencia de prensa que el proyecto de convenio entrega a Chile el 50 por ciento "de las aguas bolivianas que emanan del Silala", sentando "un nefasto precedente" para el país.

Vaticinó que el Gobierno chileno usará el documento "como prueba de que Bolivia estuviera reconociendo que son aguas compartidas" si el caso llega a un tribunal internacional.

"Emplazo a Evo Morales a que rompa este preacuerdo y diga que no vale porque no se entregan las aguas bolivianas del Silala por cinco monedas hechas en Chile", afirmó Quiroga tras romper una copia del documento.

Quiroga aludió a las monedas con la imagen de Morales que la Casa de la Moneda de Chile entregó al mandatario en mayo pasado a propósito de la conmemoración del bicentenario de la revolución de la ciudad de Sucre.

El Gobierno de La Paz pretende suscribir un convenio con el de Santiago que le permitirá cobrar por un 50 por ciento de las aguas del Silala que se consumen en el norte chileno, en tanto se realizan estudios para determinar si son de un manantial, como sostiene Bolivia, o un río internacional, según la versión de Chile.

Bolivia confía en que los estudios científicos conjuntos que se realizarán durante cuatro años le darán la razón y podrá cobrar después a Chile el cien por ciento del coste de las aguas.

Sin embargo, políticos opositores, ex cancilleres y sectores sociales del departamento de Potosí (suroeste), donde se encuentra el Silala, han rechazado el preacuerdo argumentando que el mismo reconoce la tesis de Chile.

El próximo 3 de septiembre las organizaciones de Potosí se reunirán cerca de la frontera con Chile, en la zona donde está el Silala, para tratar de fijar una postura unitaria sobre el acuerdo, ya que algunas organizaciones respaldan la firma del convenio.

Por otra parte, Jorge Quiroga pidió al Gobierno que no modifique el contrato con Brasil para la venta de gas natural boliviano a ese mercado, pues ello significaría "regalar" a la estatal brasileña Petrobras 4 mil millones de dólares en los próximos 10 años.

Los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, hablaron el fin de semana pasado de la posible modificación del contrato de compra y venta de gas vigente desde 1999, puesto que el mercado brasileño ha bajado su demanda.

"Al presidente (Morales) lo emplazamos a que (el documento) lo guarde en un sobre cerrado, no modifique este contrato. Por más halagos que le dé Lula, los halagos no valen 4 mil millones de dólares que pierde Bolivia y devuelve a Petrobras", sostuvo.

martes, 25 de agosto de 2009

Lo que trata Evo con Chile es un misterio. sostiene Carlos Mesa Ex-presidente en gira por el Continente. Proceder de cara al pueblo es la receta


Las negociaciones que lleva adelante el gobierno de Evo Morales con Chile son también un “misterio” para los bolivianos y no existe una visión clara de en qué consiste, afirmó hoy el ex presidente del país altiplánico, Carlos Mesa.

El ex mandatario boliviano lamentó la forma en que el actual gobierno viene llevando adelante la relación con Perú, que cada día se vuelve más tensa.

“La relación entre Bolivia y Chile también para los bolivianos es una misterio. No hay una visión clara de lo que está desarrollando la negociación bilateral entre el presidente Morales y la presidenta (Michelle) Bachelet”, dijo.

En ese sentido, sostuvo que una solución a la reivindicación marítima de su país sólo puede lograrse a partir de una reunión simultánea entre Bolivia, Chile y Perú.

Consideramos que lo más aceptable es “una negociación simultánea y no por partes fragmentadas”, declaró en CPN Radio.

Tras señalar que la relación entre Perú y Bolivia transita por uno de los peores momentos, Mesa advirtió que su país debe estar muy atento frente a eventuales propuestas que plantee Chile.

“No estoy (de acuerdo) ni comparto la forma como el presidente (Morales) lleva adelante su relación con Chile, creo que no es lo suficientemente clara para la opinión publica boliviana, y mi impresión es que Chile está en la lógica de los espejitos de colores con Bolivia”, manifestó.

Al respecto, el ex presidente boliviano destacó que existe el “gran riesgo” de que por la “ingenuidad boliviana” se quiera comprar esos espejitos de colores, es decir, “comprar” una oferta de acceso al mar sin soberanía.

Mencionó que la oferta original planteada por el ex mandatario chileno, Ricardo Lagos, al boliviano, Jorge Quiroga, y que estuvo a punto de cerrarse, fue una zona económica especial en un territorio que aparentemente fue peruano.

Dijo que esta oferta abría la posibilidad de levantar una planta de transformación de gas, que pudiera darle gas a Chile y exportarlo al pacifico, además de dotar un puerto boliviano, con características de autonomía.

“Esta podría ser la oferta que se podría estar replanteando. No veo un camino distinto ni un camino que pudiera pensarse que hable de soberanía, no vemos tampoco (…) un enclave por soberanía que pase por un territorio antiguamente boliviano”, puntualizó.


lunes, 24 de agosto de 2009

El Deber se ha hecho eco del incidente de Quillacollo cuando un ciudadano le dijo en la cara a Evo "cocalero ateo. cocalero asesino" ahora encarcelado


Como sabemos, una persona de la tercera edad, bajo el influjo del alcohol, golpeó el vehículo de Su Excelencia con ocasión de la festividad de la Virgen de Urkupiña en la localidad de Quillacollo (Cochabamba) y ahora está siendo enjuiciada con el cargo de haber atentado contra la vida del Presidente, mientras su familia ha denunciado ser víctima de presiones que exceden los límites del Código Penal.
En nuestro criterio, Evo Morales Ayma debió instruir que el suceso sea archivado como un hecho anecdótico más, como ocurrió con algunos de sus antecesores, porque el percance no pasó a mayores y fue controlado de inmediato por su personal de seguridad; además, porque se trató de un caso aislado que sucede con frecuencia en todas partes.
Si recordamos, algo parecido pasó al presidente Celso Torrelio cuando al salir de Palacio un ciudadano le gritó: “Me tiro con usted, Presidente”, pero el asunto no recibió mucha atención y fue olvidado.
Llama la atención, sin embargo, que a este pequeño incidente de Quillacollo se le dé más importancia de la que realmente tiene, al punto de quererlo tipificar como un intento de magnicidio, ya que al día siguiente el infortunado ciudadano admitió humildemente su culpa y pidió perdón, atribuyendo su falta a las copas de más que tenía entre pecho y espalda el día del suceso.
Lo curioso es que el hecho sucedió en un reducto del MAS, donde otrora el Presidente era querido y aplaudido, porque Quillacollo es una localidad que de forma permanente recibe a gente de Chapare, por la relación estrecha que mantienen con el tema de la hoja de coca.
El 15 de agosto de cada año los quillacolleños festejan con solemnidad la fiesta religiosa con la entrada folclórica y el ascenso al cerro de Urkupiña para sacar piedras como parte de una tradición mística arraigada en la cultura popular.
A esta celebración acuden visitantes ilustres, como gobernantes y candidatos, que en épocas electorales, especialmente, se encomiendan a la Virgen y solicitan su bendición y protección.
Entonces, lo ocurrido con el vehículo presidencial acaso fue una respuesta de la bronca de mucha gente que no logra entender cómo el presidente Morales, que tantas veces agredió a la Iglesia católica, llegó a esa localidad con un descomunal despliegue de seguridad, como si temiera ser víctima de un atentado. Al menos eso reflejaba su rostro tenso, parecido al que mostró en Sucre cuando la gente le gritaba por las muertes de La Calancha.
Por eso, consideramos que hay demasiada desproporción entre lo que fue un bochorno de poca monta protagonizado por una persona embriagada y la tipificación que se le dio, ya que muestra una exageración en la sanción y el castigo, lo cual revela un ‘amedrentamiento’ judicial y policial, propio de las dictaduras clásicas de la izquierda estalinista.
No obstante, el suceso ha servido para medir el inocultable desgaste que está sufriendo el actual régimen, particularmente nuestro Presidente. ¡Hasta la próxima!

sábado, 22 de agosto de 2009

Cochabamba ha sido el más firme baluarte de la boliivianidad contra el usurpador. Ahora el ex-canciller Agustín Saavedra previene pérdida irreparable!


Después de mucho tiempo vuelvo sobre los corredores bioceánicos, a los que declaré ‘difuntos’ hace unos años luego de los grandes bloqueos de principios del tercer milenio sufridos en Bolivia. Ahora algo preocupa mucho al respecto. Es bueno hacerlo saber.

La semana pasada se anunció que mientras los otros países han cumplido su parte, Bolivia sigue retrasada con las obras del doble corredor que conectará Puerto Suárez por un lado y San Matías por el otro con el resto de la travesía interoceánica desde Brasil hasta Chile. A todo esto, la ‘bloquitis’ en Bolivia no cesa, agregando a ello –como frustrante broche– la falta de terminación de las obras, sumando además desconfianza por parte de empresarios extranjeros para usar nuestras rutas, aunque la geografía y la distancia nos favorezcan.

En medio de esta situación, he aquí que desde la provincia argentina de Jujuy se promociona el paso de Jama para captar los transportes brasileños en tránsito a Chile. Dicho paso estará asfaltado y transitable todo el año. Una noticia de La Nación de Buenos Aires del 7 de agosto informa de que a sólo seis kilómetros del límite con Chile y a 350 de la ciudad de Jujuy, se inaugurará próximamente el complejo de frontera Paso de Jama, una obra civil que contará con amplias oficinas e infraestructura multipropósitos.

La noticia prosigue afirmando que Jama apuntará a captar una parte importante del creciente tráfico de cargas compuesto por el comercio exterior de Brasil, Paraguay, el norte argentino, Bolivia y Chile. “El tránsito por Jama viene creciendo a un 200% por año. Estamos con unos 60.000 camiones. Serán más cuando las empresas de transporte se acostumbren a utilizarlo”, explicó el ministro de la Producción de Jujuy, Hugo Tobchi. Otro funcionario señaló: “Cada mes pasan 100 camiones más que el mes anterior”.

Este corredor pretende conectar Santos y Paranaguá en Brasil con los puertos chilenos de Antofagasta, Mejillones e Iquique, en el océano Pacífico. Las cargas de Rondonia, de los dos Mato Grossos y de otras regiones del interior de Brasil podrán también llegar al Pacífico por medio de este emprendimiento.

El timbre de alarma está sonando y suena fuerte. Si Bolivia no apura sus propias obras y no mejora rápidamente la imagen de desconfianza tejida entre los exportadores por tanto bloqueo y corte de rutas, nos quedaremos fuera del rentable circuito de tráfico de camiones brasileños, esto último objetivo fundamental de quienes han modernizado Jama.

Una vez más y pese a nuestra ubicación central en el corazón sudamericano corremos el riesgo de quedarnos fuera de uno de los grandes negocios de este siglo XXI: la configuración de excelentes carreteras de conexión entre la producción del ‘hinterland’ brasileño –extenso pero alejado de zonas portuarias– y los puertos chilenos que llevan la carga hacia ultramar. No aprendemos las lecciones del pasado ni asimilamos las propias. Nuevamente está en peligro la oportunidad de hacer realidad uno de los más sabios postulados diplomáticos de antaño: Bolivia, tierra de contactos y no de antagonismos, Bolivia como bisagra de unidad e integración regional.

Ojalá se haga algo pronto. Jama ya es una realidad. Por ahora, lo nuestro son sólo promesas y proyectos. En esta vital carrera por los corredores de exportación, hace rato que nos vienen ganando. Lamentable.

* Ex canciller,

economista y politólogo, www.agustinsaavedraweise.com

miércoles, 19 de agosto de 2009

tema sensible por montajes burdos relativos a "la seguridad de presidente" llaman la atención de ED de SC. no se queda quieto ni un minuto. aseguran

Un sexagenario que entre pecho y espalda se había echado unas copas de más, podría purgar una condena de entre 5 y 10 años de prisión por haber golpeado una de las ventanillas del vehículo en el que se desplazaba el Presidente del ‘Estado Plurinacional’ durante las siempre bien sonadas y concurridas festividades de la Virgen de Urkupiña en la localidad cochabambina de Quillacollo. De nada le sirvió al individuo, una vez disipados los efectos alcohólicos bajo los que cometió la falta, haberse presentado ante los organismos policiales y disculpado por el ataque contra S.E. En el acto, una fiscal dispuso su aprehensión y lo imputó por el delito de atentado contra la seguridad del primer mandatario. Para males mayores del atribulado ciudadano y la angustia de los suyos, fue enviado a la cárcel de San Sebastián en Cochabamba por problemas de hacinamiento en el penal del sitio donde tuvo lugar el incidente. Cuando menos no cargaron con él hasta la prisión de San Pedro en la sede de Gobierno, convertida en ‘campo de concentración’ de los desafectos del régimen masista.
Desde el retorno a la democracia en Bolivia hace más de una veintena de años, no se recuerda a un Presidente tan afectado con problemas que tienen que ver con su seguridad ni tan expuesto como Evo Morales Ayma, que desde que se instaló en Palacio Quemado y a diferencia de sus antecesores mantiene una agenda que lo lleva casi todos los días de la semana de un lugar a otro del territorio nacional para asistir a actos públicos y concentraciones multitudinarias. Eso, cuando el jefe de Estado no está de viaje por el exterior en un costoso e inacabable ejercicio de idas y venidas que no se observa entre otros de sus colegas del continente. Simplemente, es admirable la capacidad de aguante del mandatario boliviano para estar buena parte de su tiempo subido en aviones, helicópteros o vagonetas que lo transportan de un lado a otro importando sus constantes desplazamientos aspectos vinculados a su seguridad que, obviamente, no es la que corresponde a los ciudadanos de a pie que, como muchos millones de bolivianos parecen vivir hoy en día en el de-samparo con la entronización de la delincuencia en todas sus formas y matices.
Como en cualquier parte del globo terráqueo, la seguridad presidencial es cosa seria, pero mucho más en tratándose de don Evo, que no se queda quieto un minuto en el mismo sitio. Tan serio y peliagudo es el asunto que compete a la preservación de su integridad física que fuerzas extranjeras, como las venezolanas, tienen a su cargo el transporte y las garantías para que el Presidente boliviano vaya y venga sin sobresaltos.
El tema se ha vuelto mucho más sensible desde el burdo montaje de sainetes como aquél del ‘magnicidio’ atribuido hace algún tiempo a un par de jovencitos que con una carabina reconstruida para cazar torcazas en las afueras de Santa Cruz de la Sierra, dizque tenían puesto a Evo en la mira a más de mil metros de distancia desde el lugar donde tenía que perpetrarse el supuesto ataque.
Abriéndose paso entre su cada vez más nutrido y riguroso (¿e ineficiente?) dispositivo de seguridad, un ebrio ya entrado en años ha estrellado su furioso e irracional descontrol contra la ventanilla del vehículo presidencial y ha aportado materia para nuevas consideraciones sobre el recurrente asunto.

sábado, 15 de agosto de 2009

si las FFAA impiden el manoseo de los sacrosantos emblemas patrios y no toleran la intromisión de Venezuela deben cortar la cizaña del odio. E.D., SC

Separatistas y terroristas
Marcelo Rivero

En cumplimiento de su rutina predilecta, días atrás el presidente de la nación de nuevo echó sapos y culebras contra prefectos y líderes de los departamentos que se le oponen -fuera de pedir a los milicos que les den un escarmiento-, especialmente de Santa Cruz y Beni, aunque también hay que incluir a Tarija y Chuquisaca que lo mismo le son adversos. En realidad lo serían casi todos si no fuera que un ilegal referéndum en el que se campeó el fraude -además a deshora y con la complicidad del adenismo que ahora reaparece estrenando otra capucha para regocijo del oficialismo-, hizo saltar a las primeras autoridades de La Paz y Cochabamba y, en cuanto al de Pando, pues el gobierno tras cruenta maniobra lo metió preso y lo reemplazó a dedo con un servidor. Entre el desatino de cosas, como que si los militares fuesen los dueños de la situación y la ley y la justicia estuviesen en su manos, les insistió para que tundeen y fusilen a cuanto terrorista, separatista y descuartizador se atraviese.
He ahí la forma de gobernar en esta Bolivia que en los últimos años está siendo embarcada en aventuras extremistas a título de luchas absurdas contra 500 años de coloniaje, para derrotar el capitalismo, el neoliberalismo y al ‘imperio (digan esa pretensión), para vencer el subdesarrollo y la pobreza. Creen que lograrán estos objetivos con un comunismo a ultranza que sus mismos fundadores sepultaron por haber resultado un aborto, con más coca, sin fuentes de empleo, con sueldos miserables, con bonos para captar a los ingenuos y con un blablablá insustancial, enrevesado, con sabor a odio y racismo. ¡Todo lo contrario de lo que hizo Nelson Mandela en la ahora progresista Sudáfrica!
Pero si las FF.AA le toman la palabra al jefe del Estado, tampoco olviden poner atajo a ese terrorismo de Estado que desde comienzos de 2006 se campea por el país, impidan el separatismo y descuartizamiento en 36 naciones que están haciendo con Bolivia, no permitan que sean suplantados -como imitando a los bárbaros que asolaron Europa hace 1.500 años- los sacrosantos emblemas y el nombre de la patria, no toleren las peores intromisiones de sujetos que oprimen a sus pueblos, no dejen que destruyan las instituciones tutelares -incluida la propia-, que se sustituya la Carta Magna por una que nació en la ilegalidad y que es contradictoria e ininteligible, que conculquen la democracia para imponer el despotismo, el continuismo y el endiosamiento de individuos, sin olvidar que también nuestros gobernantes se inmiscuyen en asuntos extraños, lo que ha costado advertencias, enemistades, rechazos y pedidos de disculpa después de meter las bailadoras.
En fin, son tres años y medio de sembrar cizaña en una Bolivia más sumida en la desesperanza, en agonía interminable y cada vez más presa de un inventado socialismo para reverdecer lo que nunca dio un buen fruto. Que lo digan, si no, la ex URSS y sus ex satélites que hace cerca de dos décadas pudieron despertar de su larga pesadilla.

miércoles, 12 de agosto de 2009

ramiro calasich presenta al proyecto masista de cuerpo entero y reclama de un nuevo proyecto lejos de los espasmos populistas y terminar la pesadilla


Ramiro Calasich G.

La revolución travesti del MAS


12/08/2009 - 00:46:25

Día que pasa, y cada vez con mayor impudor, se hace evidente que la tan publicitada revolución masista no es otra cosa que un dramático y grotesco retorno al pasado, al populismo que malvivió en nuestra historia desde siempre y al insepulto nacionalismo, esta vez exacerbado y disfrazado de indigenismo. Para colmo de males, esta suerte de déjà vu espeluznante y festivo, cuenta con un nuevo condimento: la tendencia hacia un autoritarismo execrable, de nítidos rasgos fascistas, que se incuba a la sombra de un proyecto foráneo que avanza amenazante.

Nuevamente, como ocurrió a lo largo de nuestra historia casi de forma ininterrumpida, asoma el caudillo, premoderno y prefabricado, ávido de poder y aplauso; junto a su corte de penitentes vasallos, dóciles ante el jefe, déspotas y arrogantes cuando miran más abajo; el Estado de Derecho, desfigurado y malherido; los altos mandos amansados, con la subordinación y la constancia hipotecadas; la bandada de cuervos que sigue alimentándose de nuestros ojos y de nuestros bolsillos; y los discursos multifónicos que repiten pero que nunca demuestran.

Como ocurre siempre con los experimentos populistas, de izquierda o de derecha, la nueva joya cuenta con un verdadero tuti fruti político, formado por indigenistas "del siglo XXI", cuyo radicalismo fatuo los muestra más cercanos al nacionalsocialismo que al socialismo; acompañados por los más variados especímenes provenientes de los retazos que dejó la muerte del mundo estalinista, además de progresistas bienintencionados pero con la brújula descarriada, pues, enceguecidos por orgásmicos discursos "antiimperialistas" y por una descomunal campaña propagandística, de cuño fascista, "sin querer queriendo" levantan en hombros un proyecto cada vez más reaccionario; y claro, muy cerca se hallan inefables funcionarios de "solidarias" o nG"s, sin más ambición que conservar cargo y sueldo. Todos ellos uniformados por un fanatismo inflamado, enternecedora beatería que sorprende, por lo menos viniendo de "marxistas", porque obliga a dejar principios para caer bajo el hechizo de un anacrónico encantador de serpientes.
Sin duda, el resultado es una nueva especie, toda una innovación, algo así como una ideología esotérica que intenta mostrarse como una nueva opción revolucionaria nacida para asestar la estocada final al capitalismo "nauseabundo y agonizante"; cuando en realidad se trata de una estafa ideológica, un collage político-folklórico destinado a reeditar, por enésima vez, un régimen populista de aliento nacionalista, ahora a la sombra de un proyecto fascistoide que asoma en diversas regiones de América Latina. Es cierto, asistimos a un canto lúgubre, un tiempo aberrante, una arcaica promesa, una bravata impía.

Dígase lo que se diga, y aunque lo desmienta el spot o las conmovedoras confesiones de marxismo-leninismo, el nacionalismo masista, como cualquier otro nacionalismo, es un proyecto reaccionario que naufraga de espaldas a la historia (derecha). ¡Viva la Revolución Travesti! Que en su seno aniden tendencias de izquierda no implica que su orientación sea esa; no sería la primera vez que la izquierda sirve la mesa para engordar un proyecto reaccionario. Lo peor, la realidad confirma, una vez más (ojalá la última), que los resultados son desastrosos.

No sólo que la incompetencia tiñe la gestión pública, sino que su signo particular, como siempre –hoy como ayer y anteayer-, es la corrupción llevada a límites viles. La administración de las empresas "nacionalizadas", por ejemplo, muestra, otra vez (no aprendemos), que éstas inevitablemente devienen en carroña para la voracidad de la militancia, codiciosa y vacía en convicciones. Peor aún, al igual que los populistas de todos los matices que dilapidaron los bienes nacionales –liberales, nacionalistas y neoliberales-, el nacionalismo masista, arrogante y ardiente al hablar de dignidad y soberanía, ultraja nuevamente los intereses nacionales, por ejemplo, al comprar empresas con deuda incluida (TRANSREDES), al someterse con entusiasmo faldero a un gobierno ajeno (cuyo proyecto nos define como simples peones de existencia prescindible), y al intentar entregar nuestros recursos naturales (SILALA) por unas cuantas medallas, muchos aplausos y algunas otras dádivas que conoceremos con vergüenza, hechos que revelan el retorno de una suerte de melgarejismo pintoresco, ante la benevolente complicidad de los aguerridos movimientos sociales. Por menos, otros gobiernos fueron derrocados o serían llevados a la hoguera en plena plaza Murillo, al calor de los aullidos de la indignación popular. No hay duda, el entreguismo es un fuego que no se apaga.

En resumen, el MAS es uno de tantos en la larga fila de desastres nacionalistas, mientras que el Estado y sus riquezas mantienen su triste papel de despojo a merced de los nuevos predadores.

De esta manera, quienes tienen la esperanza que el socialismo arribará a Bolivia de la mano del masismo, quedarán condenados a una horrible desazón y a un sombrío desconsuelo. Triste destino, anunciar el paraíso mientras se alimenta el caldero del infierno. En rigor, las profundas transformaciones que se profesan, ¡el arribo de la revolución!, no pasan de ser malabarismos retóricos o decretos estrambóticos que al final del día no dejan de ser “pasado en copa nueva”, medidas más estridentes que efectivas, más pintorescas que trascendentes, más hípicas que épicas.

No hay duda, se trata de un gobierno para reír o para llorar, nunca para ser tomado en serio. Así, salen sobrando los espasmos de histeria que muestran sectores conservadores y despistados al clamar por cerrar filas para impedir el paso desgarrador del comunismo masista. ¿Comunismo? ¿Socialismo? Nacionalismo vulgar y silvestre, esta vez desde una perspectiva premoderna y de hinojos ante la tentación fascista.

Lo que sí debe preocuparnos, es que el nacionalismo masista acelera su paso hacia un régimen autoritario, de inocultables rasgos fascistas. No hay duda alguna que, en este instante, el MAS se halla en un peligroso estado larvario de engendro dictatorial, hecho que “acrecienta el horror de la angustia”. No perdamos de vista el tono temerario de los últimos discursos, ni las amenazas de sangre y venganza, menos el desapercibido paso marcial de algunos sectores sociales que mostraron sus dotes bélicas el pasado 7 de agosto, ya que podrían anunciar la presencia descarnada, y popular, del terror disparado desde el Estado.

El hecho que despierta sorpresa, incluso preocupación, es la fidelidad canina que muestran amplios sectores sociales frente al avance de tan anacrónico sueño. ¿Por qué? No por la fuerza de la razón, sino por la razón de una sutil y demoledora fuerza, aquella ejercida a través de una masiva, orquestada y permanente campaña manipulativa que, asentada en las más caras aspiraciones y en los más crasos prejuicios, crea y recrea una realidad hecha a imagen y semejanza de las más humildes esperanzas. Sobre-estimulados, con las emociones y el instinto a flor de piel, y el cerebro sitiado, los más pobres, los siempre manoseados, se lanzan a las calles para librar una batalla tan romántica como inútil, un salto mortal, quien lo diría, a favor del atraso y la pobreza. Queda claro que tener apoyo popular no equivale a caminar al compás de la historia, en algunas ocasiones significa lo contrario. Dicho de otro modo: "Una necedad repetida por 10 millones de bocas, no deja de ser una necedad". Sin duda, la endémica y cruda ignorancia de la ciudadanía ha sido fuente de demagogos de toda laya, aquí y en todo lado, hecho que debería empujarnos a la reflexión, cuando no a la lectura. De todos modos, vale la pena recordar a E. Thaudiere: “Tales electores, tales elegidos, si los segundos son malos, es porque los primeros son peores”.

En este proceso de sometimiento del raciocinio popular, es vergonzosa la complicidad gratificada de dirigentes sociales, quienes no dudaron un instante en apuñalar por la espalda principios tan caros como la independencia sindical, por ejemplo. Su sometimiento se asemeja en mucho a la sumisión que conoció el movimiento sindical frente al nacionalismo barrientista y, sin duda, recuerda el triste papel de los inefables caciques coloniales. Pocas veces se ha visto en nuestra historia un nivel tan crudo de ineptitud, corrupción y sometimiento, con un tozudo y necio apoyo popular. Víctor Hugo tenía razón: “Entre el gobierno que hace mal y el pueblo que le consiente, hay cierta solidaridad vergonzosa”.

Dicho esto, y ante el ultraje cotidiano del sistema democrático y el deterioro impune de la economía, resulta imprescindible que la oposición democrática asuma con seriedad la histórica tarea que la realidad le exige. Sin duda, quienes intentan erigir un proyecto alternativo en torno a su figura, sus méritos o sus promesas, estarán ofreciendo más de lo mismo: populismo recalcitrante, atroz sectarismo, narcisismo incivil, que tan pronto puede revivir el neoliberalismo angurriento como reencarnar, otra vez, el nacionalismo rancio (ambos infaustos); en todo caso, dos modelos probados en la realidad con desastrosas consecuencias, dos iniciativas que enriquecieron –y enriquecen- a unos pocos, dos sueños que terminaron en pesadilla, dos fantasmas que se niega a morir.

Queda clara la necesidad urgente e imprescindible de erigir un proyecto político -¡no una candidatura a secas!-, donde se discursee menos y se piense más, que oriente al país por un sendero democrático y próspero, y que se halle asentado en un sólido programa y una organización partidaria permanente -¡nada de comparsa electoral-, que además, y sobre todo, aglutine a fuerzas políticas y sociales que quieran terminar con esta abyecta pesadilla antediluviana.
No nos equivoquemos. No se trata de elegir al caudillo que tenga mayor apoyo en el último sondeo. No se cura la gripe porcina con la gripe aviar. Se necesita un programa político y una organización, no para ganar las elecciones solamente, sino, y fundamentalmente, para construir un nuevo país, lejos de los espasmos populistas, nacionalistas o neoliberales, que lo único que han logrado es remachar nuestra pobreza, despertar rencores, provocar muertos y cebar el ego de los déspotas de temporada.
ramiro.calasich@gmail.com

viernes, 7 de agosto de 2009

de facebook transcribimos el sentido mensaje dirigido a todos los bolivianos de fuera de la Patria con motivo del 6 de agosto

Mensaje de Manfred a los bolivianos que residen en el exterior en el 184° aniversario de la fundación de la República
Queridos hermanos bolivianos:

Bolivia es una República soberana e independiente. Ese es un legado invaluable de nuestros padres que cada uno de nosotros ha adquirido el deber moral de defender aun con nuestras propias vidas. Sin importar qué tan lejos nos encontremos de nuestra Patria, nuestra efemérides es la oportunidad de que cada boliviano reafirme este voto de convicción en la restauración de una Bolivia democrática.

A lo largo de sus 184 años de vida, la República de Bolivia ha sobrevivido a revoluciones y golpes de estado, a dictaduras militares y dictaduras sindicales, a infaustas guerras y a presiones diplomáticas internacionales que pretendían el desmembramiento territorial. La República sobrevivió al estado nacionalista de 1952 y sobrevivirá, sin duda alguna, también al estado plurinacional.

Sin embargo, la defensa del principio de la independencia de poderes, que es el principio y razón de ser de la República, ha demandado en cada momento de nuestra historia de la participación y compromiso de los bolivianos para con los principios básicos de la democracia: la alternabilidad, la seguridad jurídica, el control de constitucionalidad y los derechos humanos han demandado en cada situación de peligro de un pronunciamiento claro y contundente del pueblo.

Este 6 de agosto nos encuentra en la difícil tarea de reagrupar y alinear a las fuerzas de la democracia boliviana en un frente amplio que permita garantizar que el voto no se disperse, pero – más importante aun – que nos permita además volver a cautivar y volver a hacer creer a los bolivianos en un sistema político capaz de superar esos errores y excesos que en el pasado produjeron una crisis de descreimiento en las instituciones de representación política.

Y hemos avanzado, modesta pero esperanzadoramente, en la conformación de un frente amplio nacional. Pero además, hay un consenso en los diferentes actores políticos que se proponen a la Presidencia de la República sobre la necesidad de, en breve tiempo, integrarse a un único frente o al menos viabilizar la consolidación de quien mayor apoyo muestre en una consulta primaria.

Pero esta voluntad de desprendimiento de la clase política, debe tener su correlato en la vigilancia e involucramiento de la ciudadanía en el control del proceso electoral. No se juega una candidatura en las elecciones del 6 de diciembre, sino el destino de una República cuya subsistencia depende de que la democracia se imponga claramente al totalitarismo en las urnas.

Somos una República. No hay capricho ni decreto que vayan a cambiar ese sentimiento y esa voluntad de vivir en independencia de poderes, con control de constitucionalidad, con libertades civiles y bajo el abrigo de la seguridad jurídica.

Este diciembre, como nunca antes, nuestros compatriotas que dejaron Bolivia para aportar desde el exterior con su trabajo al sostén económico del país, tendrán también oportunidad de ser actores, de aportar con su voto y su actitud vigilante, a que podamos recuperar la democracia y la soberanía de Bolivia.

Este 184 aniversario de la fundación de Bolivia, ese debería ser el compromiso sentido y militante que haga cada boliviano: involucrarse activamente en defender la transparencia de los procesos electorales, sin importar la distancia que lo separe de nuestra Patria.

Manfred Reyes Villa Bacigalupi