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sábado, 22 de septiembre de 2012

Los Tiempos alienta la inversión en hotelería. se necesitan muchos más lugares de pernocte, mejor calidad de hotelería. las perspectivas son grandes. Previus


Previus. La primera clasificación hotelera data de 1980. Me tocó acompañar la tarea del entonces Institto Nacional de Turismo que haciéndose eco de las recomendaciones de la OEA, se aprestaba a calificar a cada hotel por estrellas, de una a cinco. Mi tarea como Gerente de la Cámara Boliviana de Hotelería era que los empresarios del ramo (por entonces existían unos 350 entre alojamientos, hostales, residenciales y hoteles, sólo dos alcanzaron el máximo estrellato de 5. Los Tajibos en Santa Cruz y Sheraton en La Paz) obtuvieran el mayor puntaje, porque las tarifas estaban naturalmente en concordancia con la calidad de la oferta. Las falencias de entonces siguen siendo básicamente las mismas. Pongo algunos ejemplos. Los de 4 estrellas jamás pudieron alcanzar ese nivel sin contar con un sitio propio de parqueo de vehículos. De al menos un jardín donde los pasajeros sin necesidad de abandonar el predio pudieran disfrutar de aire fresco. La exigencia de contar con una piscina, se dejó de lado, no que no es lógico, poniéndo énfasis en "room service" atención de comida, bebida, en la habitación. Sin parqueo propio, no podría funcionar un hotel, sin embargo para no ir lejos en Cochabamba hay algunos que recibieron 4 estrellas y bajo el compromiso de habilitar parqueo seguro, permanente, reglamentario para el mejor servicio de embarque y desembarque. No se ha cumplido, tenemos un Ambassador (ejemplo) que no tiene parqueo, ni piscina, ni jardines, y recibió estrellas. Otros más que nunca atendieron con servicio a la habitación, en lugar de ofrecer habitaciones "standar" de calidad uniforme, tienen una oferta variada de habitaciones por el mismo precio, cuando en el reglamento se establecen las dimensiones mínimas, el equipamiento, la seguridad, la ventilación y el moviliario mínimo y la calidad de la ropa de cama.
(continuaremos con el Previus II)
Es indudable que en los últimos años ha crecido considerablemente la inversión en el sector hotelero de Cochabamba, rubro que exige cada vez mayor profesionalización y competitividad para atraer a los clientes que, a su vez, son cada vez más exigentes. Uno de los factores que inciden en esto es que Cochabamba se va convirtiendo, por su clima y ubicación geográfica, en lugar preferido para la realización de eventos de distinta naturaleza y que convocan participantes de dentro y fuera del país, pues, además, los costos de organización se reducen considerablemente.
Sin embargo, hay obstáculos grandes que se deben erradicar para que esta industria, que además va acompañada de la del turismo, se consolide y amplíe. Entre los mencionados como graves por los entendidos entrevistados por Los Tiempos en un reportaje que se publicó el pasado domingo, se encuentran la reducida infraestructura aeroportuaria y los bloqueos de caminos que se realizan en cualquier momento; la falta de policía turística que garantice la seguridad de los visitantes a los principales centros turísticos del departamento. A ello hay que agregar la falta de una cultura de atención a los visitantes, fenómeno que no es sólo de esta región, sino que se presenta en todo el país.
Pese a ello, la realización de eventos internacionales, como los efectuados en Tiquipaya en los últimos años, se convierten, por un lado, en importantes incentivos para la inversión en el sector hotelero (entre enero y agosto de este año se habrían invertido alrededor de medio millón de dólares en infraestructura) y, por el otro, en espacios que permiten una mejor capacitación de recursos humanos en el buen trato a los visitantes.
Se debe agregar a los anteriores rubros —turismo y ser sede de eventos nacionales e internacionales— algunas líneas de actividad que también ayudan a que en Cochabamba pueda consolidarse la industria hotelera. Una es la de la gastronomía, aprovechando la fama culinaria de Cochabamba. Otra, la de la salud, para la que, además, se va instalando una importante infraestructura hospitalaria a la que es cada vez más fácil acceder. Por último en este recuento, la de convertir a Cochabamba en la ciudad del conocimiento, aprovechando las capacidades que se están desarrollando en el campo de la ciencia y la tecnología.
En resumen, Cochabamba tiene importantes ventajas para poder consolidar una amplia industria hotelera. Para ello, es fundamental que hayan inversionistas con visión de largo plazo que estén dispuestos a ayudar a desarrollar este rubro y un Estado que tenga la capacidad de aportar a ese desarrollo garantizando lo que le corresponde: seguridad ciudadana y seguridad jurídica, y mantener la política de convertir a este departamento como la principal sede de eventos nacionales e internacionales del país.
Y, como telón de fondo, tener la capacidad de conformar alianzas con otros sectores (salud, gastronomía, turismo como tal, etc.) y, en forma mancomunada y como una política de largo aliento, una cultura urbana sólida en la que se incluya, como un rubro ineludible, una actitud de pragmática y solidaria hospitalidad con quien visita la región.

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