Cerca de 50 sacerdotes y obispos junto a los amigos y autoridades dieron ayer el último adiós al padre Gregorio Iriarte quien en vida se destacó en la lucha por los derechos humanos de los más desprotegidos y vulnerables.
La misa de cuerpo presente y el entierro fueron emotivos ya que contaron con testimonios de la vida y lucha del sacerdote oblato fallecido el pasado jueves.
La misa de cuerpo presente se inició a las 10.00 horas en la Catedral Metropolitana. Después que los amigos llevaron el féretro al centro de la Catedral cerca de 50 sacerdotes y obispos ingresaron y presenciaron la ceremonia que fue presidida por monseñor Luis Sainz.
La Catedral estuvo casi repleta de personas que se acercaban al féretro para dar el último adiós al sacerdote Iriarte.
También asistieron algunas autoridades y personalidades como el gobernador Edmundo Novillo; el presidente de la Asamblea Departamental, José Ivankovic; el representante del Defensor del Pueblo, Raúl Castro; la presidenta de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, Yolanda Cuevas; el exdirigente sindical Filemón Escobar entre otros.
El primero en hablar fue monseñor Luis Sainz y dijo que la vida del sacerdote Gregorio Iriarte fue un ejemplo cristiano y que siempre fue fiel a las enseñanzas que transmitió.
También habló el sacerdote oblato de María Inmaculada, Guillermo Siles. Dijo que desde Roma todos los “hermanos oblatos” lamentan su partida.
“Hoy nos toca despedir a Gregorio, a nuestro amigo, nuestro hermano, compañero, a nuestro maestro en un ambiente de esperanza y amor”, señaló Siles.
El sacerdote Siles destacó su lucha en el sindicalismo y el movimiento obrero en la época de la dictadura en búsqueda de la democracia. Además, resaltó que siempre se destacó como un crítico de la realidad boliviana e impulsaba el amor entre prójimos.
También relató la intención del padre Iriarte en escribir un último libro testimonial e incluso ya había pensado en el título que era “Dios no juzga ni condena. Dios es amor y misericordia”.
Después que el sacerdote Siles concluyó su testimonio otros hablaron destacando su labor de misionero, su bondad, su lucha por los desprotegidos, su aporte a la literatura boliviana y demás.
Antes de que concluyera la ceremonia monseñor Luis Sainz llamó a todos los sacerdotes y obispos para que rodearan el féretro del padre Iriarte como despedida.
La ceremonia duró aproximadamente una hora y media.
Los restos del sacerdote oblato fueron enterrados en el sitio de honor del Cementerio General destinado a personalidades ilustres y destacadas del país. Ya no asistieron los sacerdotes, obispos ni autoridades.
PARTIDA Iriarte falleció el pasado jueves a las 16.30 en la clínica San Vicente de Cochabamba, a causa de una fibrosis pulmonar que fue complicada por dos infecciones.
El religioso de origen español llegó a Bolivia en 1964. Deja una ejemplar vida de lucha por los derechos humanos y la democracia.
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