¿Son solo los momentos electorales, los que parecen mostrar que tenemos más diferencias que coincidencias? Diría que no. Los bolivianos tenemos la tendencia a magnificar las disidencias y minimizar las coincidencias. Durante la presente gestión de gobierno, se optó por eso. Remarcar con fuerza lo que nos separa y evitar fortalecer lo que nos une. Marcar la diferencia, fue la línea a seguir.
El MAS se confundió. Para mostrarse distinto, caminó por el sendero, de las diferencias. En su locura por ser otro, terminó convirtiéndose en rival de todos. He hizo de la rivalidad la premisa de la diferencia y optó por convertirla en política, para demarcar a los unos respecto de los otros.
Si yo me creo diferente y mejor que los demás, no tengo que mezclarme con ellos, no puedo hacerlo a riesgo de convertirme en lo que precisamente quiero distinguirme. Eso de que el indio fue elegido por los dioses y no por el voto humano. Eso de que es el redentor de su raza y el modelo de lucha social que desde la exclusión pudo llegar a la Presidencia venciendo la resistencia de sus diferentes. Todo eso terminó por convencerlos de que son tan diferentes que cualquier contacto con sus distintos, se convertía en pecado de mancha originaria.
Son, por tanto, lo que ellos mismos han decidido ser. Tan distintos y novedosos que no son nuestros. Y por esa misma razón son apasionadamente de ellos mismos. Solo creen en sí mismos y en la razón de su verdad, por la que existen. Con lo que cualquier esfuerzo por acercárseles resulta un fastidio para tanta pulcritud política amamantada por los dioses.
Es por esto, que no hay que hacer mayor esfuerzo para explicar lo que por sí mismo está explicado. Basta con dejarlos que se deslicen por el tobogán de sus propios desconciertos.
Al frente en la orilla donde se ha gestado una fórmula electoral que pretende ser la diferencia de los diferentes, están cayendo en el mismo saco del que quieren salir. Se preocupan, más de ser diferentes que de ser ellos mismos y de encarnar lo que quieren, representar.
Si uno es constructor debe abocarse a construir, tiene que mostrar a todos que sabe hacer su tarea. Sería bueno que hiciera conocer algunos proyectos concretos para cambiar el rostro urbano, rural y humano de los bolivianos. Exponer sus ideas y dejar de quejarse por lo que los destructores hacen cada día.
Es una pérdida de tiempo el llanto diario por los abusos de los destructores. Hay que mostrar la sonrisa que los constructores tienen, en cada proyecto para cada departamento. ¿Por qué no se ofertan nueve mega proyectos en cada departamento, que modifiquen su actual situación? Eso podría servir para pedir el voto en cada uno de ellos por algo concreto.
Seguro que si eso sucede, las diferencias se achicarían y las coincidencias se mostrarían en su verdadera dimensión. No fue suficiente construir un binomio basado en el grito desesperado porque exista justicia, es importante además de ello, cambiar la tónica del debate. Mostrar la pala y la picota constructora frente a la guadaña que todo lo devasta.
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