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martes, 18 de octubre de 2011

También OPINION reconoce que el gran triunfo del domingo fue para el voto NULO y para el Blanco, que los candidatos del MAS perdieron. se fortaleció la democracia y expresó el descontento


En términos de porcentaje el triunfador es el voto nulo y el blanco, lo que abre la posibilidad de un debate sobre el respaldo de la población a las autoridades judiciales.

No cabe duda que la felicitación por las elecciones del domingo es para el pueblo boliviano que una vez más ha demostrado su vocación democrática, una reafirmación de que confía en el sistema para expresar su opinión y su voluntad respecto a sus mandatarios y ahora en relación a las autoridades del Órgano Legislativo.

Los resultados del domingo refortalecen la democracia en términos de participación, pero expresan una serie de mensajes que deben ser analizados con el debido cuidado. El voto que está ganando en un conteo rápido es el nulo, es decir, la expresión ciudadana que refleja su disconformidad con el proceso para estos comicios de magistrados. El voto nulo es el descontento del ciudadano, que cumple con su deber de votar, pero anula su voto porque no cree en los candidatos y en este caso porque no los conoce, o también porque el sistema de elección popular para designar a los jueces no le convence.

El proceso ha sido calificado desde principio y reiterado ayer por diferentes instancias de Gobierno como histórico, pero los resultados del mismo, hasta el momento, están demostrando otra tendencia histórica que tiene relación con el porcentaje del voto nulo, nunca antes igual en la historia de las elecciones democráticas del país. De acuerdo al conteo de la empresa Ipsos los votos válidos suman 39 por ciento y los nulos llegan a un 45 por ciento .

Si el proceso electoral para elegir a los nuevos jueces no se habría politizado durante las últimas semanas a partir de declaraciones del oficialismo que proclamó un triunfo rotundo del voto válido, que indicaba que podía llegar al 70 por ciento en relación al nulo, los resultados habrían demostrado la voluntad de la población que rechazaba el sistema en sí para designar a los jueces, pero en términos políticos por las razones expuestas, el oficialismo aparece como perdedor lo que incide en la popularidad del presidente Evo Morales. Si se suman los votos nulos y blancos el porcentaje de ciudadanos que no creen en esta elección o expresan su rechazo a políticas gubernamentales aún es mucho mayor y podría rebasar el 70 por ciento . Algo que nunca antes se había dado en una elección y que según estadísticas el porcentaje de votos nulos de este domingo es mucho mayor a los que se dieron en 1985 cuando los bolivianos votaron por primera vez, recuperada la democracia, con sólo el 5,5 por ciento . En las elecciones de 1989 los votos nulos llegaron al 6 por ciento el mayor porcentaje en la historia electoral del país, hasta ese momento.

En términos porcentuales está claro que el gran triunfador es el voto nulo y el blanco, lo que abre la posibilidad de un debate sobre la legitimidad y el respaldo de la población a las autoridades judiciales. La oposición impulsará esta discusión, aun cuando el Presidente se apresuró a indicar que la elección es válida, lo que no dejaría duda que los nuevos magistrados con los votos obtenidos asumirán funciones. Los resultados de estas elecciones judiciales pueden dejar abierta la posibilidad para ingresar a un nuevo escenario de polémica y protesta impulsada por los partidos de oposición que no dudaron durante el proceso de sacar ventaja a los errores de las autoridades electorales pese a los pedidos insistentes de sectores ciudadanos para mejorar las selección de los postulantes y de dar mayor oportunidad a los ciudadanos para conocer a los candidatos.

Se dice que estas elecciones, al ser las primeras en su realización, pueden mejorar y perfeccionarse, sin embargo, en el análisis no se debe excluir otras opciones constitucionales.

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