CHINA EL TREN DEL CIELO
Dr. Gonzalo Molina Osio
Destronando la corona ferrocarrilera a Europa que fue precursora hasta la década del 80 el reinado pasa a la CHINA y renacen los trenes modernos, al extremo de competir con sofisticadas naves aéreas en precio, velocidad, comodidad y placer de viajar. La delantera de la ciencia y la tecnología ferroviaria asume la China. Atraviesan glaciales y montañas cubiertas de nieve en el camino a Lhasa y según Eddy Cheong, se ha convertido en un tributo a los más grandes constructores de vías de ferrocarril. Fue terminada el año 1996 y entregada un año antes de lo previsto. Empresarios chinos mediante su Embajada en Bolivia, visitaron Cochabamba expresando su deseo de transferir tecnología y financiar créditos blandos, llave en mano para los 390 kilómetros de ferrovía entre Aiquile y Santa Cruz de la Sierra. Comprobaron que este corto trayecto (cien kilómetros menos que por el trópico y con suelo estable) es el broche de oro que cierra los 3.800 kilómetros de línea INTER-OCEANICA, sumando para nosotros un feliz encuentro entre Oriente y Occidente, moderna infraestructura de exportación, abundante mano de obra, turismo e inclusión Sur-Sur.
“EL TREN DEL CIELO” es el nombre que se le asigna al tramo Qinghai – Lhasa de 1.956 kilómetros en el Tíbet. El Profesor Estado Unidense Paul Theroux, profetizó que nunca se construiría porque era imposible atravesar la cadena de montañas “Cunlun” legendariamente llamada “madre de miles de montañas” que además tiene suelo helado inestable y ecosistema frágil. El 85 % de la vía férrea se encuentra en la “zona de la muerte” por su delgado aire, clima severo e imprevisible, tormentas de arena y alta radiación UV. La temperatura desciende a - 45º C. El punto más alto de la vía es de 5.072 metros s.n.m. Los pasajeros no sufren mal de altura porque los coches son todos con aire acondicionado y presurizado igual que un avión.
Con la apertura del ferrocarril, hubo inundación de turistas, su número superó los 4 millones el año pasado con un incremento actual del 60 %.
Lo Nuestro:
La construcción del ferrocarril Aiquile - Santa Cruz, fue dispuesta por ley de 26 de Septiembre de 1920. Las obras se iniciaron en 1924 llegando hasta Vila Vila. Luego de una paralización prolongada por falta de recursos económicos, la Dirección General de Ferrocarriles, reinició los trabajos entre los años 1957 y 1960, avanzando 87 kilómetros desde Cochabamba hasta Aiquile.
Entre los años 1972 y 1974, en sucesivas entrevistas con gobernantes de Brasil, Emilio Garrastazú y Ernesto Geisel, se logró el compromiso de Brasil para la elaboración de los estudios de Ingeniería a trazo final, que realizó la Consultora SONDOTECNICA bajo la supervisión de la empresa Brasileña de Planeamiento del Transporte GEIMPOT, el informe fue presentado en 1976 incluyendo la selección de alternativas del trazado y financiado por el gobierno del Brasil a un costo de 15 millones de dólares. El Estado Boliviano, contribuyó con los trabajos de aerofotogrametría.
El proyecto Aiquile - Santa Cruz tiene estudios técnicos y económicos concluidos a trazo final, con abundante documentación literaria, planimétrica, túneles, viaductos, estudio de suelos, mapas, planos y otros, incluyendo estudios económicos y descriptivos por parte de la Empresa Canadiense “CANAC INTERNACIONAL” y Hagler Bailey que hacen viable el proyecto con más del 30% de TIR.
El proyecto fue presentado en 1990 y desde entonces, está inactivo. Los loables intentos de unir mediante un ferrocarril el Oriente del País con el Occidente, de lograr un paso en la infraestructura de exportaciones, de conectarnos con Brasil, Perú y Chile, el abrir abundantes fuentes de trabajo y mano de obra, facilitar una salida eficaz y económica a la producción del Mutún, vender el traslado de Soya Brasileña y otros, determina la esperanza de que el acercamiento de China y Bolivia mediante las recientes visitas de nuestros Dignatarios se convierta en una gran alternativa al sueño ferrocarrilero con el ejemplo de la tecnología China y los lazos de amistad ahora renovados entre Bolivia y China.
Dr. Gonzalo Molina Osio
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