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lunes, 10 de noviembre de 2008

dante pino parece preguntarse de qué estabilidad económica estamos hablando? ningún mercado exterior y menores remesas

Tuvimos acceso a la información difundida por el Banco Central de Bolivia denominada Estabilidad Financiera, con un detallado estudio sobre la realidad actual del sistema financiero nacional.
De su estudio podemos extraer las siguientes conclusiones: Se puede considerar que existe solidez en el sistema si tomamos en cuenta las captaciones que han crecido, la cartera que tiene un nivel aceptable, pero no deseable, una mora que no alcanza al 10 por ciento, previsiones que cubren un nivel de mora mayor al actual e inversiones mayores que las colocaciones de cartera en papeles del Banco Central de Bolivia.
Pero estos resultados contienen señales que deben ser tomados en cuenta: Por ejemplo la preferencia por la liquidez de los depositantes en el sistema, que quieren tener su dinero en cuenta corriente y cajas de ahorro más que en depósitos a plazo. ¿No revela esto una desconfianza en el sistema? El cambio de la preferencia por la moneda nacional incentivada por la apreciación del boliviano respecto al dólar americano, tienen como mensaje: está bien pero quiero mi dinero en cualquier momento del día.
Esto tiene un efecto colateral en las colocaciones de cartera es decir los préstamos del sistema. No se puede prestar a largo plazo si los depósitos son a corto plazo. Por tanto tenemos un sistema financiero que presta para el consumo y el capital de operación pero muy difícil para la inversión. Es la inversión la que genera empleo y riqueza y la que requiere de un apoyo sostenido. Pero el comportamiento actual no permite tener un sistema financiero al servicio de la inversión.
Es patética la actuación del Banco de Desarrollo Productivo SAM creado por el gobierno. La cartera de este banco de segundo piso se incrementó de 73 a 93 millones de dólares de diciembre de 2007 a junio de 2008 más del 60 por ciento de esta cartera se ha prestado para la comercialización de alimentos, seguido de los textiles que apenas superan el 10 por ciento de su cartera.
Una verdadera pena que se utilice este Banco para esos afanes, cuyos resultados por cierto deberán verse luego. Las importaciones de alimentos a precios mayores que los vendidos en el mercado interno tienen un costo que deberá ser cubierto por alguien, es decir por todos los ciudadanos que al final les hacemos el negocio floreciente a unos cuantos.
Las empresas están endeudadas con el sistema financiero en 3.200 millones de dólares. El comercio 2.107 millones y el micro crédito 1.102 millones. El 50 por ciento de la cartera empresarial está endeudada con el sistema. El sector manufacturero, el de la construcción y el micro crédito son los más endeudados.
Este endeudamiento empresarial tuvo que ver con las expectativas de crecimiento y expansión de sus actividades. La manufactura tuvo necesidades de capital de operaciones para sus exportaciones a mercados como el de Estados Unidos, la construcción con la demanda de vivienda basada en los ingresos provenientes de las remesas del exterior.
Qué tenemos ahora? La pérdida del mercado norteamericano y la disminución drástica de las remesas del exterior. Estos factores serán sin duda los que cambien el comportamiento de la mora en el sistema.
Por su parte el sistema financiero que tiene depósitos que superan sus préstamos se ha dedicado a comprarle papeles al Banco Central. Tenemos un sistema que es fundamentalmente acreedor del Gobierno. Esta situación es delicada. La caída de los precios internacionales del petróleo y minerales, disminuirán los ingresos fiscales. Pero por el lado del gasto fiscal, los intereses que debe pagar el Gobierno al sistema financiero se convierten en una pesada carga, si tenemos además en cuenta que estos intereses son caros comparados con las tasas similares internacionales. No en vano los estados financieros del sistema revelan utilidades de $us. 116 millones a junio de este año.
En resumen, hay una aparente estabilidad basada en una confianza relativa de los depositantes en el sistema, las empresas se endeudaron apostando al crecimiento de sus operaciones y hoy día el cuadro de situación es inverso, la construcción ¿podrá resistir la mora del sector público y del privado, sin impactar la cartera del sistema? El gobierno ¿podrá mantener su ritmo de endeudamiento actual (casi $us. 100 millones al mes) si sus ingresos se verán disminuidos?
El Informe del Banco Central ha servido para develar esta estabilidad que se parece con mucho a la del equilibrista de circo suspendido en lo alto sin red de apoyo en el suelo. Muy peligrosa.

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