Dentro del MAS se ha desatado una todavía callada pero sórdida campaña para acceder a la candidatura a la Vicepresidencia de la República por ese partido en las elecciones convocadas para diciembre de 2009. Los postulantes son varios y están jugando sus cartas con una falta total de escrúpulos, como corresponde hacerlo a militantes de primera línea del partido gobernante.
El Palacio de Gobierno, mudo escenario de episodios, a veces trágicos y otros grandiosos de nuestra historia, se ha convertido en los últimos días en una especie de mercado donde el chisme y la intriga son moneda corriente y de general aceptación.
Por el momento el candidato más visible es precisamente el actual vicepresidente Alvaro García Linera, quien dijo que no tenia intención de postularse nuevamente ya que ha cumplido su aspiración de “ver a un indígena en la presidencia”. Fiel a su estilo, días después desmintio la versión con el gastado argumento que “los medios malinterpretaron” su declaración. Pues bien, en el lenguaje político eso significa: estoy desesperado por postularme y es cuestión de que me pidan que ahí estaré para hacer lo que me digan.
Es que el poder es una droga altamente adictiva de la que no es muy fácil desprenderse particularmente cuando se la usa en forma discrecional y sin medida alguna. Alvarito, a estas alturas del partido, está visiblemente intoxicado por su uso incontrolado pero esperemos que se someta a un tratamiento de desintoxicación y vuelva a las matemáticas, ciencia bastante más aséptica, que lo mantendría alejado de las veleidades del poder, que tanto daño le hacen.
Otro que todavía no ha manifestado abiertamente su intención pero que ya está moviendo los hilos para ser postulado por los “movimientos sociales”, es el dirigente “colonizador”, Fidel Surco, quien no se ha cansado de acumular capital político en el último tiempo, atribuyéndose el “éxito” de los pasados cercos, marchas y vigilias.
Sin embargo su estrategia tiene una falla de origen. Es observado por los masistas fundacionales, quienes lo ven como lo que es: un arrimado de último momento que ha visto crecer sus expectativas a fuerza de una pretendida radicalidad e intransigencia. Se le cuestiona además que su dirigencia de los colonizadores sea nominal y que no tenga contacto con sus bases. Consideran que alcanzó notoriedad a fuerza de explosivas declaraciones realizadas en la plaza Murillo a incautos periodistas.
Un sector que se considera “histórico” dentro del MAS se estaría decantando por el actual presidente de la Cámara de Diputados, Edmundo Novillo. No obstante, algunos sectores duros consideran que no actuó con la debida firmeza ante la oposición y permitió que esta bloqueara o postergara algunos proyectos gubernamentales.
Existen otros postulantes que en el futuro inmediato irán lanzando sus globos de ensayo. Como es protocolar en la actividad política todos negarán una posible postulación ya que en este ámbito es considerado como de muy mala educación manifestar abiertamente una intención de este tipo.
Pero la decisión final corresponderá al “jefazo” quien indicará que primero consultará a las “organizaciones sociales” pero luego, como acostumbra, tomará la determinación que le de la gana. Por otra parte, es sabido que en Bolivia no es muy acertado ni conveniente hacer apuestas políticas a largo plazo.
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