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martes, 16 de septiembre de 2008

la historia se repite, pero al revés según Dante Pino

septiembre y más
Ocurrió el año 2003 casi a mediados. Se decidió tomar rehenes en Warista. Una acción de los “movimientos sociales” liderizados por Felipe Quispe. Franca provocación que originó la protesta de las embajadas británica y norteamericana ante la retención de sus súbditos.
Total el Gobierno el Ministro de Defensa del Gobierno de Sánchez de Lozada, Carlos Sánchez, decidió ir al rescate precedido de un contingente policial y militar. Los esperaban -Quispe relata al semanario Pulso– “les hicimos pisar el palito, yo les dije a mis hermanos que se armen”. Y así fue, el Ministro de Gobierno piso el palito, recibió balacera, devolvió obrados y el resultado fueron tres muertos. Con los cadáveres velados a la intemperie, gritos de “ahora sí guerra civil”, “asesinos” los instigadores detonaron la huelga general indefinida de los alteños.
La misma táctica se usó hace pocos días. Llevaron pobladores engañados al Porvenir en camionetas produjeron la balacera y obtuvieron los muertos que buscaban para decretar el Estado de Sito y arrestar al Prefecto, al grito de ¡genocida! El operador intelectual de septiembre de 2003 es el mismo de septiembre de 2008: Juan Ramón Quintana. Sabe de estos menesteres y con ellos ha llegado al gobierno, ahora quiere tener: todo el Poder.
El genocidio de octubre de 2003 es el mismo genocidio de este septiembre. Los gestores, planificadores y operadores que en octubre eran oposición hoy son gobierno, pero cometen los mismos actos delincuenciales. Evo Morales ha superado en victimas a Gonzalo Sánchez de Lozada. ¿Quién debería juzgar a quien?
Evo Morales es el acusador en el Juicio de Responsabilidades que se le sigue a Sánchez de Lozada y pide justicia. ¿No debería ser ahora el acusador: el acusado y pedir para él lo mismo?
Al presente resulta que es obligación del Gobierno cuidar las instituciones públicas. En octubre de 2003 no, era una provocación a los movimientos sociales. Ahora resulta que no se puede permitir la toma de instalaciones petroleras. En octubre de 2003 se tomó Senkata y se desabasteció a la ciudad de La Paz de gasolina y gas.
Eso fue un acto heroico, no un atentado como piensan sus actores hoy en función de Gobierno. Y no sólo eso en realidad la Fiscalía General de la República tiene como prueba del delito de genocidio el decreto supremo con el cual se ordenaba a las Fuerzas Armadas proteger los carros cisternas para abastecer de gasolina a la ciudad de La Paz.
En suma. Lo que para el MAS fueron actos dignos de aplauso y reconocimiento en octubre de 2003 ahora son actos delincuenciales y atentados a la democracia. Esta es la moral el gobierno.
El Estado de sitio dictado para el Departamento de Pando por Evo Morales es el instrumento legal que le permite apresar y suspender las garantías constitucionales. Estado de Sitio que calificó como arma de la oligarquía para defender sus intereses, cuando era diputado.
Me pregunto ¿es que los señores embajadores de la Argentina, Brasil, Venezuela, Colombia, Perú, y Ecuador no pasan informes a sus gobiernos sobre la realidad nacional, como para que en la reunión de UNASUR esos Presidentes no tengan una cabal comprensión de lo que ocurre en Bolivia?
El respaldo debió ser al Pueblo de Bolivia, hoy día prisionero de un grupo palaciego que usa y abusa de los instrumentos democráticos, que ayer eran satanizados y ora sacralizados y no a un Gobierno que provoca el enfrentamiento entre bolivianos y que busca los muertos–bandera para hacer política. No es tan frágil la memoria como para que creamos en las confesiones hipócritas a la democracia que hacen los mismos actores que quebraron su proceso en octubre de 2003.
Lo concreto de todo esto es que el Gobierno ha pasado de la fase de negociación civil a la fase de control militar. Lo que sigue es el uso militar para vencer la resistencia civil. Y eso debería tener claro, los Prefectos de las autonomías que están todavía libres.
El Gobierno ha decidido avanzar con las Fuerzas Armadas, Estado de Sitio por medio, y ya no puede retroceder hasta llegar a Santa Cruz. No son tiempos de resistencia sino de acción. Y es mejor tener en cuenta que las autonomías necesitan de lo militar como el centralismo.

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