El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva será el mediador de la crisis política que atraviesa Bolivia, según lo ha confirmado el diario El País de Madrid en su edición digital de este lunes.
El matutino asegura que tanto Evo Morales como los opositores al gobierno boliviano han aceptado la mediación del presidente brasileño, quien puso esa condición antes de viajar a la cumbre extraordinaria de los nueve presidentes de América del Sur celebrada ayer en Santiago de Chile.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet -país que ejerce la presidencia de turno de Unasur-, convocó la reunión, pero fue Lula quien le dio trascendencia al confirmar su asistencia y lograr que las partes en conflicto en Bolivia le entregaran su confianza.
Lula puso unas condiciones para viajar a Santiago y las consiguió. Pidió una tregua previa entre Morales y la oposición y se ha producido. Reclamó la aceptación expresa de La Paz para que él intercediese en la crisis, y la obtuvo. Es más, los rivales de Morales han celebrado la mediación brasileña a pesar de que Lula les echó un rapapolvo por utilizar la violencia para desafiar al Gobierno. Brasilia también exigió que la cumbre acabe con un mensaje claro en contra de toda injerencia externa en Bolivia y que no haya comentarios fuera de tono contra Estados Unidos.
Ha sido Lula, que disfruta de una alta popularidad en su segundo periodo presidencial, quien ha hecho viable la reunión después de su escepticismo inicial por la falta de acuerdos en Bolivia. Sólo el sábado por la noche, y después de una llamada telefónica de Bachelet, Lula accedió a viajar, deponiendo su reticencia, porque de otra forma la nueva Unión Suramericana podría haber aparecido fracturada desde su origen, en la primera crisis que enfrenta una democracia desde la creación de este organismo hace cuatro meses en Brasilia.
Para Lula, la reunión suramericana requería previamente que el presidente boliviano accediera a ella y acatara sus resultados. Quería así evitar los riesgos paralelos de que la cumbre se interpretara como una injerencia, o se quedara sin contenidos, si Morales rechazaba la ayuda.
La oposición boliviana, que terminó el bloqueo de carreteras bajando la tensión en vísperas de la reunión en Santiago, acogió con satisfacción la decisión de Lula de asistir. “Brasil es una garantía de solución para el conflicto. Esperamos que el presidente Lula pueda mediar”, dijo el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, mientras en el Comité Cívico de esta ciudad, también opositor de Morales, pedían a Brasil que ejerciera un liderazgo regional.
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