De la hecatombe a la calamidad
Para caer en mayores desgracias hace falta ingenio. Y esto lo que le sobra al Gobierno. Cada funcionario público procura superar la marca del otro en ineficiencia, estupidez y corrupción.
El primero en la lista es el señor Presidente quien haciendo uso de sus atribuciones nombra como Ministros de Estado a los peores hombres y mujeres que tiene Bolivia, luego estos para no quedar atrás designan a sus subalternos entre el lumpen de los activistas, recomendados e ignorantes como viceministros, directores y jefes en la administración pública. Todo en nombre de los “cambios profundos”.
Y es que Bolivia con este concierto de ignaros apertrechados en sus escritorios, con una computadora de adorno, que no saben utilizar y secretarias originarias que están tejiendo mientras escuchan Radio Patria Nueva son la expresión del nuevo rostro social, de la inclusión y de la impostura. Cuanto más ignorante para el cargo eres mayores tus méritos y competencia para ser designado.
Mientras tanto la economía nacional se desliza por corredores resbaladizos: la canasta familiar básica antes de Evo Morales era un 30 por ciento más barata que ahora, teníamos provisión de gasolina, diesel y gas licuado, vendíamos los topes de gas comprometidos en las exportaciones, se hacían las inversiones necesarias para sostener la explotación de los pozos de gas y se tomaban previsiones para el abastecimiento de los combustibles en el mercado.
Ahora el panorama es distinto y la ola contractiva de la economía comienza a mostrarse con mayor nitidez. Caen los precios de los minerales, del petróleo y del gas en los mercados internacionales, se vislumbra una disminución drástica de las remesas enviadas a las familias y lo único que sigue viento en popa, con gran cobertura oficial y despliegue de soberbia es el negocio de la coca para la cocaína. Quizás este último elemento sea el que mantiene contento al Gobierno, pues sus bases cocaleras, columna vertebral del los movimientos sociales masistas, reciben ahora tanto dinero que se dan el lujo de comprar vehículos Hummer que corretean por el Chapare mostrando su cara antiimperialista.
Para tener en cuenta: las Reservas Internacionales de las que tanto se ufana en hablar Evo Morales no dan cobertura a los pasivos que ellas tienen, veamos: son 7.700 millones de dólares que deben coberturar lo siguiente: 2.743 millones de dólares deuda del TGN; 2.560 millones de la misma moneda del Banco Central de Bolivia; 3.000 millones depósitos del sector público y 530 millones depósitos de la Banca: total 8.833 millones de dólares, superiores en 1.133 millones a las Reservas Internacionales (La Inflación e Bolivia en el Periodo 1985 – 2008 Armando Méndez).
Esta realidad es la que comienza a apretar el zapato oficial. Al final del día, los ingresos de la renta petrolera (gas) suben y bajan como ahora y las recaudaciones por este concepto se contraen, pero los gastos comprometidos no. Entonces lo que era aparente bonanza se convierte en dura realidad y esa fortaleza sobre la cual hacen política represiva se resquebraja y los empuja a ser cada vez más duros, menos demócratas y más coercitivos.
Quizás este sea el panorama que explica mejor la urgencia que tiene el Gobierno para politizar la situación nacional y convocar con carácter de urgencia a la aprobación de una Constitución que no tiene los pies sobre la tierra, pero que sirve para distraer a los desocupados en marchas permanentes de defensa inclaudicable de estos “cambios profundos”.
Y como todo tiene un costo, el gasto del gobierno para fomentar estas idas y venidas de sus movimientos sociales, se hace con recursos externos: según datos desde Venezuela los dineros entregados al Gobierno de Evo Morales suman 214 millones de dólares, y están programados otros 100 millones para compras “antimotines”.
El gobierno tiene registrada como deuda alrededor de 100 millones de dólares. La diferencia no es explicada ni en Venezuela ni en Bolivia. El silencio no es algo parecido a la estupidez, en este caso, responde más bien a la socarronería con la que ahora se manejan dineros de fuentes poco claras y de gastos políticos que antes eran vedados.
En este tipo de manejos de dinero con maletas llenas de efectivo y cuentas corrientes de cheques al portador, Evo Morales ha demostrado ser más audaz, temerario e insolente que todos los Presidentes neoliberales a los que trata como villanos despreciables. (De Dante Pino en hoybolivia)
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